Páginas con muchas vidas e historias por y para compartir

Con el objetivo de que esas páginas vuelvan a tomar vida y compartir experiencias, el área de Turismo del Ayuntamiento de El Ejido puso en marcha en el núcleo de Almerimar la actividad del 'Intercambio de Libros Usados', con el que además también fomentar la lectura. Un evento que nació con unos pocos libros donados por los propios técnicos municipales y que cada año crece en dimensiones. Son dos veces a lo largo del verano las que se convocan estos encuentros, una en julio y otra en agosto, y ya cuenta con asiduos que cada año acuden dispuestos a dejarse seducir por los títulos que en ese momento ocupe la mesa del estand.

Para quienes aún no conocen esta iniciativa, este jueves 22 de agosto, a partir de las ocho de la tarde, en el paseo marítimo de Almerimar, frente al Edificio Jaleo, tienen una cita con la lectura.

«Ha venido gente de Madrid, Francia, familias inglesas, porque hay una esquina de libros en otros idiomas, además de personas de diferentes sitios de Andalucía y también residentes y vecinos de El Ejido», explica María Isabel Cidoncha, responsable de promoción turística del área de Turismo del Ayuntamiento de El Ejido.

Muchos son nuevos, pero otros muchos repiten cada año. «Son personas que vienen a veranear, turistas que se alojan en los hoteles e incluso del camping de Balerma vienen. Un público muy variado pero que tienen en común que les gusta leer», señala Cidoncha.

Los títulos y autores que se pueden encontrar van cambiando en cada edición e incluso en pocas horas, pero hay desde autores del nivel de Miguel Delibes, Ken Follet o JK Rowling, entre otros. Libros de géneros como ciencia ficción, fantasía, cocina o medicina, entre otros muchos y, por supuesto, infantiles.

Entre esos asiduos se encuentran Miguel Ángel Lara y Pilar del Moral. Ambos veranean en Almerimar pero viven en Jaén. Es la cuarta edición que participan y Miguel Ángel aún recuerda el primer libro que tomó de este punto de encuentro. «Fue uno de Miguel Delibes que precisamente ahora mismo estoy viendo en la mesa». Cuatro años después el libro vuelve a estar encima de la mesa. «Lo guardamos de un año a otro. De hecho, hemos traído alguno de los que nos llevamos el año pasado», explica Pilar.

Ambos alaban esta iniciativa. «Nos parece genial porque fomentan la lectura», apuntan.