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Elizabeth De la Cruz
Domingo, 28 de mayo 2017, 08:01
Las historias de amor por carta parece que hoy, en la era de la comunicación digital, han pasado a un más que segundo plano a pesar del valor, que para el destinatario que está al otro lado, pueden llegar a adquirir cuando además se la ... hace caso a la imaginación y a los sentimientos que se esconden tras las palabras. Así, ante un Auditorio de El Ejido abarrotado, Miguel Rellán y Julia Gutiérrez Caba lograron captar la atención de su público en la noche del viernes mediante la lectura de esas Cartas de amor que, a lo largo de casi 50 años, se intercambiaron Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III.
Más cortas o largas, arriesgadas, sentimentales o de gran dureza, lo cierto es que todas esas cartas, postales o simples notas relataban la vida de dos personas a través de esas palabras que, poco a poco, fueron adquiriendo su máximo sentido para atrapar a un público atento en la lectura de las desventuras, esperanzas, ambiciones, sueños, decepciones, victorias, fracasos, encuentros y desencuentros de unos amantes a la vez que amigos. Una lectura tan bellamente escenificada que está muy lejos de ser un teatro leído, como no podía ser menos con semejante elenco. Una representación que consagra la potencia de la palabra en el mismo altar donde se rinde culto a la capacidad de dos actores de la talla de Gutiérrez Caba y Rellán para transmitir, en el fondo, esa historia de amor con su respectivo baño de alegrías, frustraciones y melancolía pero en un contexto romántico, quizás, fuera de lo que se está acostumbrado.
Precisamente esto es lo que hace diferente a esta obra de teatro que, sin lugar a dudas, sorprendió y provocó al público muchas emociones contradictorias, algunas palpitaciones, por encontrar en ellas alguna que otra similitud en hechos de su propia vida, y muchas risas irónicas por ciertos momentos relatados o descritos que no dejaron impasible a nadie a lo largo de la hora y media que duró la obra.
Butaca de honor
No obstante, la noche contó con muchas más emociones que esas Cartas de Amor, ya que tras varios minutos de aplausos, ovaciones y con el público puesto en pie, la concejala de Cultura, Julia Ibáñez, acudía al escenario para comunicarle a la actriz, Julia Gutiérrez Caba, el reconocimiento que la ciudad de El Ejido y su Festival tuvieron a bien otorgarle por su aportación a la cultura, su trayectoria profesional y, sobre todo, su dedicación al teatro. Tras ello, actriz y la concejala descendieron del escenario para dirigirse a la platea del Teatro Auditorio y descubrir en la fila 14 la butaca de honor que, desde la noche del viernes, lleva el nombre de la actriz.
La propia Gutiérrez Caba fue la encargada de descubrirla junto a la concejala. Lo hicieron entre los aplausos y las felicitaciones de un público que llenó entregado el aforo existente.
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