‘Vaya par de socios’ pone el acento y la guasa en la realidad más almeriense

El nuevo espectáculo de Paco Calavera y Pepe Céspedes no defraudó a un Auditorio que se rindió al encanto de estos maestros de la comedia

Elizabeth de la Cruz

Jueves, 21 de abril 2016, 12:50

Cuando se toca lo cercano, y más aún si es en el marco de un espectáculo de humor, eso siempre triunfa. Y si además este hecho se produce de la mano de Paco Calavera y Pepe Céspedes el éxito está asegurado. La nueva producción de Kuver ambientada en el mundo del western más almeriense aterrizó en el Teatro Auditorio de El Ejido en la noche del pasado viernes, ante un patio de butacas que aunque no demasiado excesivo en número, sí que respondió con su carcajada incesante, que estos dos maestros de la comedia ya tienen un puesto más que merecido en el mundo del humor, al menos en el almeriense.

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Con continuas apelaciones a esas frases tan míticas como que «en Almería llueve tierra», la defensa de las palabras de esta tierra como decir zapatillas a los «tenis», se mezclaron con nuevos chascarrillos como los que permite la actualidad, con lo ocurrido por el ejemplo con el corte de la circulación en El Cañarete. Así, tras otros montajes como 'Veranico Azul', 'Almerienses por el mundo', 'La noche canalla' o 'Sálvese quien pueda', este último show, 'Vaya par de socios', refleja la intención de mantener en el tiempo esa conexión que ya sienten desde hace años ambos cómicos, con el público de su tierra.

La actualidad política, el sexo, las drogas, los barrios y los emblemas de Almería, las curiosas formas de nombrar los espacios naturales de la provincia, o la forma de expresarse con una mezcla de sencillez y naturalidad, volvieron a ser una noche más el epicentro de un duelo de monólogos en el que el cine, también fue protagonista.

Se partió de hecho desde esos escenarios de western rodados en Almería, que tantos beneficios conllevó para la provincia, y se hizo el chiste emulando los apodos de los indios y evocando al recuerdo esas películas de pistoleros que tanto éxito despertaron en su momento.

Sin duda, una noche en la que Paco Calavera estuvo más sembrado que nunca, y en la que Pepe Céspedes jugó a despistar con un arranque en el que dejó claro que tenía un virus, y además de un modo literal, y que le sirvió para hilar, una tras otra, la broma, la guasa y el chiste que dejaba tras de sí unos incesantes aplausos.

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Cien por cien humor almeriense, cien por cien un 'Vaya par de socios', que durante más de hora y media lograron que ningún espectador decidiera dejar su butaca, ni siquiera para ir al baño. Y es que lo que allí se decía conseguía la carcajada sin pausa. Algo sólo posible cuando se toca lo local, directo al corazón, y a la esencia de una tierra que reivindica también con estos dos almerienses, su seña e identidad propia.

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