Cuando se hace el cine que «uno quiere»

Si sus películas no se alejan de los temas tabú o más controvertidos, tampoco pretende hacerlo con sus palabras.

Elizabeth de la Cruz

Jueves, 21 de abril 2016, 12:14

Porque el cineasta almeriense, Manuel Martín Cuenca, quiso ayer presentar desde su tierra natal, El Ejido, su último largometraje, 'Caníbal', tras haber sido premiado además ... a la mejor fotografía hace apenas unos días en el Festival de Cine de San Sebastián, dejando muy claro una vez más que su forma de entender el cine no pasa por convencionalismos, y que a pesar del momento, de la crisis, «en vez de rendirse a los mercados es momento de plantar cara y de hacer lo que cada uno quiere» porque como afirmó, «tenemos que buscar nuestro público pero no somos sus siervos».

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Y es que para Martín Cuenca, el cine solo es entendido como «vehículo para conmover, remover», como logra hacer con este filme que relata la historia de un sastre granadino que practica el canibalismo sin percibir ni ser consciente prácticamente hasta el final, de lo que hace en su vida. «Es una historia de amor», recordaba el también director de 'La mitad de Óscar'.

Una película en la que el protagonista, Antonio de la Torre, «no había podido interpretar ningún otro actor», aclaraba Cuenca, ya que el malagueño sostiene el papel principal con gran acierto, logrando calar en el espectador hasta el punto de la intimidación, e incluso de la empatía, en algunos casos, a partes iguales.

Ni rastro de banda sonora, «creo que también nos hemos vuelto hoy en día muy complacientes con el espectador, con la música queremos decir hasta lo que hay que emocionar», señalaba el director de 'Caníbal'. Porque a lo largo de los 116 minutos que dura esta película de la que Martín Cuenca es guionista y productor, lo que cobra especial importancia es el silencio, la música de Semana Santa, el sonido de una puerta que se abre o que se cierra, y algún otro elemento que se encargará de descubrir el propio espectador. «He querido distanciarme de la tendencia dominante pero eso no quiere decir que nunca más vuelva a hacer uso de la música, yo creo realmente que la música en cine es muy bonita», añadía el ejidense.

La obra, basada en una novela de Humberto Arenal le llamó la atención «por una cuestión fundamental, era una historia de amor a través del canibalismo, podíamos traspasar fronteras emocionales y llevarlo hasta nuestra sociedad, reflejar un retrato de lo que está ocurriendo», señalaba durante su comparecencia ante los medios.

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De otro lado, Martín Cuenca quiso agradecer esta oportunidad brindada por su municipio de poder presentar su último filme en casa. «Para mí es un honor y una alegría estar en mi pueblo, estoy muy orgulloso porque nunca había presentado ninguna película antes en salas comerciales en mi pueblo, es muy hermoso».

A pesar de todo, el cineasta almeriense recuerda que su último trabajo no persigue «hacer paternalismos», y por eso prefirió sacar de su localización la historia y trasladarla hasta la denominada sociedad «del primer mundo», porque como insistió, «Europa también ha sido cuna del nazismo, y hemos tenido la desgracia de haber inventado los campos de exterminio». Un símil que él refleja en este largometraje retratando «el mal en una historia concreta, no queríamos hacer una película sobre un nazi, pero sí sobre una persona que ejerce el mal, un monstruo, de una manera cotidiana y sin darse cuenta, sin ningún sentimiento de culpa», expresó. Como él mismo concluía, «Caníbal es hermana o incluso hija de La Mitad de Óscar, soy el mismo director», pero sin duda bajo su prisma, «hay una exploración en mí, creo que voy creciendo».

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Con todo, lo cierto es que el misterio, el suspense, alguna que otra burla, la tradición, la religión y la muerte están presentes en una historia de amor que a todas luces, a nadie puede ni pretende, dejar indiferente.

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