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Inmaculada Acién
El Ejido
Lunes, 17 de junio 2019, 15:48
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Era mucha la expectación que se había generado con la llegada del prestigioso musical La Llamada al municipio de El Ejido, donde el viernes por la noche y el sábado por la tarde noche se estrenó la gira nacional. Era la primera vez en la que se podía ver fuera de Madrid esta obra de teatro y además con actores nuevos, con una escenografía también con cambios y una iluminación más potente.
Y lo cierto es que nada defraudó. Ni el ambiente, con un Auditorio lleno e incluso con gente llegada de fuera de El Ejido expresamente para ver la obra. Ni la obra en sí que arrancó los aplausos espontáneos del público en numerosas ocasiones. Ni el final con los actores cantando por el patio de butacas y con los directores, Javier Calvo y Javier Ambrossi, firmando autógrafos y haciéndose fotos con los asistentes en el hall del Auditorio con la mayor de las sonrisas.
No podía tener un nombre mejor buscado el campamento La Brújula, donde todo sucede, ya que en él todos terminan encontrando su camino y sintiendo su 'llamada'.
María, papel interpretado por Nerea Rodríguez, siente la llamada de Dios, una llamada a ritmo de canción y además con sello de Whitney Houston. Temas interpretados por un extraordinario Richard Collins-Moore, que fue el encargado de descender por esas escaleras hacia el corazón de la joven envuelto en un halo de misterio y luz.
Pero María no está sola en el campamento, a él acude cada verano junto a su amiga Susana, a la que interpreta Lucía Gil. Juntas han formado el grupo Suma Latina con el que triunfar, pero a lo largo de este verano, ambas cambian.
Es precisamente Lucía Gil la que junto a la joven monja Milagros, papel interpretado de manera magistral por Roko, ponen grandes dosis de humor y risas a este espectáculo.
Y es que si la interpretación musical que Lucía Gil realiza durante La Llamada es de gran calidad, dejando ver el potencial de su voz, su interpretación artística es casi más importante. Una puesta en escena que realiza con gran naturalidad, dando vida a una joven sin pelos en la lengua, sin miedo a nada, a nadie ni al qué dirán, como los espectadores descubren a lo largo de la historia. Una joven desenfadada, con las ideas muy claras, que también siente su propia llamada en este campamento y a la que responde sin complejos haciendo buena la frase con la que se identifican y que tienen por bandera en su vida tanto Susana como María 'Lo hacemos y ya vemos...'
Si la interpretación de Lucía Gil es sobresaliente, la de Roko se puede calificar de extraordinaria. Roko da vida a Milagros, una joven monja, que a muy temprana edad sintió la llamada de Dios, pero que ahora se replantea su vida. Una monja dulce, simpática, bondadosa, inocente y muchas veces con un profundo toque de ingenuidad que se da cuenta que perdió sus años de juventud. Una vida que ahora añora.
Su relación con las chicas es por momentos de madre, de cómplice y de amiga. Pero si a sus dudas se suma un beso inesperado, todo hace que su mundo dé un giro completo.
A estos cuatro personajes se suma la Madre Bernarda, coordinadora del campamento La Brújula, y a la que representa Mar Abascal. Un personaje recto y serio, pero que guarda su lado cómico con sus simpáticas coreografías.
Muchas historias mezcladas en dos horas de espectáculo, a través de las que se lanza un mensaje de respeto a la diversidad, de tolerancia, de ilusión y alegría por encontrar, aunque sea por un segundo, tu lugar en el mundo.
Una obra donde la música llega de la mano de La Banda de Dios con canciones originales como 'Si esto es fe', 'La canción de Milagros' o 'Lo hacemos y ya vemos', además de varios temas de Whitney Houston, Henry Méndez y Presuntos Implicados.
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