Teléfono de la Esperanza frente a la Covid-19

El teléfono se ha convertido durante este período de crisis sanitaria y sobre todo durante el estado de alarma en el único enlace con el exterior de muchas personas, en el único salvavidas para aquellos que se encuentran solos o a los que la ansiedad, el desánimo y la tristeza los ha hecho prisioneros.

Desde el pasado 15 de marzo las llamadas al Teléfono de la Esperanza en Almería se han disparado, con un crecimiento del 309% con respecto al año anterior. Un crecimiento también registrado en las entrevistas con los psicólogos de esta organización sin ánimo de lucro, que han crecido un 288% en ese mismo período. Unas entrevistas que, debido al estado de alarma, se llevan ahora a cabo a través del nuevo programa #compartevida, de manera online.

El Teléfono de la Esperanza es una organización sin ánimo de lucro, integrada por voluntarios que trata de «responder a las peticiones de ayuda de aquellas personas que están pasando por una situación de crisis vital, un servicio de intervención en crisis», explica su presidenta en Almería, María Isabel Orland, quien añade que «al otro lado del hilo telefónico se encuentra un orientador, que es un voluntario preparado para dar respuesta a este tipo de cuestiones».

De esta manera, el Teléfono de la Esperanza es un servicio anónimo y gratuito que funciona las 24 horas del día y los 365 días del año, gracias a la labor de los voluntarios. Actualmente, en Almería son 16 los orientadores que se encuentran al otro lado del teléfono y que se rotan, de manera excepcional en tres y cuatro turnos diarios para dar respuesta a los cientos de llamadas que están recibiendo, mayoritariamente de personas que están solas.

«El perfil de personas que llaman es de mayoritariamente mujeres, en un 60%, de entre 35 y 65 años. Los motivos por los que se solicita ayuda van desde ansiedad y miedo, hasta depresión ante la situación que estamos viviendo, soledad, pero también «en gran número, son llamadas por pensamiento suicida», destaca María Isabel, quien señala que «el confinamiento, el bombardeo informativo, la incertidumbre laboral y máxime si además has sufrido una pérdida humana durante este período, se convierten en factores determinante que desembocan en situaciones de ansiedad y depresión».

Uno de los colectivos que más está sufriendo las consecuencias de esta crisis sanitaria en todos los sentidos, son los mayores. Es por ello que desde el Teléfono de la Esperanza quisieron poner su granito de arena a que se sintieran un poco más acompañados a través de su programa 'Mayores en Soledad'. Es un programa mediante el que los voluntarios llaman periódicamente a personas que se encuentran solas y que necesitan de apoyo emocional. Un servicio que también se ha incrementado considerablemente en el último mes y medio, y del que forman parte actualmente 200 mayores de la provincia.

«Son los centros de salud los que nos facilitan un listado de personas mayores que han mostrado su interés en que les llamen», explica María Isabel. No obstante, como consecuencia del confinamiento por esta crisis, el Teléfono de la Esperanza ha tenido que adaptarse a esta nueva situación y los orientadores ya no reciben las llamadas en la sede, sino en su propio domicilio, al igual que los psicólogos también han modificado sus entrevistas personales y se ha creado la web compartevida.es, en la que cualquier persona que necesite apoyo psicológico puede dejar sus datos y en el plazo de 24 horas recibe una llamada para concertar una entrevista. Un trabajo intenso y entregado para el que es indispensable la labor del voluntariado.

En esta línea, la presidenta del Teléfono de la Esperanza en Almería anima a hacerse voluntario: «Te acercas al Teléfono con la idea de que vas a dar, pero la realidad es que cuando empiezas te das cuenta de que recibes mucho más de lo que das, además de que te ayuda a ver la vida de otra forma».

Por otra parte, el Teléfono de la Esperanza también cuenta con una parte lúdica, en la que se ofrecen cursos a todas las personas que quieran participar tales como yoga o inteligencia emocional, entre otros, explica María Isabel Orland, quien añade que precisamente así fue como se introdujo ella en el Teléfono de la Esperanza.