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El teléfono se convierte en medicina contra la soledad frente al COVID-19

El teléfono se convierte en medicina contra la soledad frente al COVID-19

La Asamblea Local de Cruz Roja El Ejido está llevando a cabo durante esta crisis sanitaria una campaña centrada en atención al colectivo de personas mayores

Inmaculada Acién

El Ejido

Domingo, 29 de marzo 2020, 17:01

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La soledad escogida es en ciertos momentos necesaria, pero la soledad impuesta es difícil de gestionar, sobre todo cuando se alarga en el tiempo. Una soledad que puede terminar afectando a nuestra salud emocional y que, además, durante este Estado de Alarma ha dejado aún más solas a muchas personas.

Desde la Asamblea Local de Cruz Roja El Ejido, al igual que en el resto de demarcaciones donde está presente esta oenegé, se inició hace dos semanas una campaña dirigida fundamentalmente al colectivo de personas mayores, personas con discapacidad o personas con enfermedades crónicas.

Un proyecto que está desarrollándolo un equipo técnico junto a 23 personas voluntarias, formadas, que son las que conforman el grueso del operativo y que se encargan de informar, orientar y acompañar a las personas más vulnerables al Coronavirus, especialmente aquellas que cuentan con una red de apoyo familiar y social limitada, y con menor acceso a la información a través de canales y plataformas digitales.

«Estamos llamando a todas las personas mayores con las que trabajamos durante todo el año en nuestras actividades del día a día en el programa de personas mayores de El Ejido e incluso algunos mayores son ellos los que nos llaman porque ya nos tienen como referencia y saben que estamos ahí», destaca Charo Matillas, técnica de Programa de Mayores y Dependencia, quien añade que «de esas llamadas hemos recibido demandas de alimentos y de medicinas sobre todo».

En este sentido, desde su puesta en marcha, desde la Asamblea Local de Cruz Roja en El Ejido se ha llamado a más de 600 personas y aún tienen por delante unas 200 llamadas más, además de aquellas que se corresponden a personas que han llamado y les han pedido que vuelvan a ponerse en contacto con ellas.

«Las llamadas suelen ser largas, porque las personas tienen ganas de hablar y necesitan hablar, pasan el día encerradas en casa y no tienen en muchos casos a nadie más en el domicilio», destaca Charo Matillas, quien recuerda que, además, «muchos no tienen recursos para el ocio que sí tienen otros grupos de población».

Rafaela es una de esas personas a las que Cruz Roja le ha devuelto la vida. «Hace más de cuatro años que Cruz Roja forma parte de mi vida. Estaba atravesando una depresión muy fuerte y me ayudaron mucho hasta conseguir que saliera de ella. Me abrieron las puertas de Cruz Roja y de sus corazones. Me han devuelto a la vida y ahora me encuentro muy bien.Soy persona de riesgo porque soy mayor y diabética, y durante este estado de alarma me siguen ayudando, trayéndome la medicación y lo que necesito», explica Rafaela.

Para Mirtha también la ayuda de Cruz Roja ha sido fundamental. En su caso, fue ella la que decidió ponerse en contacto con la organización. «Me decidí a llamar porque no tenía para comer y a la media hora ya estaban en la puerta de mi casa. La gente no sabe realmente lo que hace Cruz Roja. Me llaman casi todos los días y se han convertido en mi Ángel».

Mirtha no cuenta con nadie en El Ejido, por lo que la ayuda que le está brindando la Asamblea Local de Cruz Roja en El Ejido se ha convertido en fundamental en su vida. «Los admiro y alabo la labor que hacen, porque nunca pensé que pudieran ayudarme tanto», afirma agradecida.

«Hoy ha sido un día de mucho agobio», confiesa Mirtha a la llamada de IDEAL, es por ello que «hasta una llamada cuando se está encerrada como lo estamos ahora se agradece porque me permite hablar, saber que me escuchan y que prestan atención. Me gusta la cercanía de la gente y la necesito».

«Soy voluntaria porque ayudar me hace sentir útil y me gusta»

Verónica Marco es la persona encargada de llevar a cabo esas llamadas a personas mayores. A ello dedica cada día cuatro horas de su tiempo. Se sienta tras un teléfono con una sonrisa en la cara para que la ilusión con la que cada día afronta su tarea se transmita a través de la línea telefónica a cada una de las personas que descuelgan al otro lado.

«Empecé como voluntaria en la Asamblea Local de Cruz Roja El Ejido solo una semana antes de que empezara esta pandemia. Me gusta ayudar, colaborar y me hace sentirme bien, me hace sentir útil y necesito hacerlo viendo que hay tanta gente que está sufriendo», afirma esta joven que es Auxiliar de Enfermería y Técnica de Emergencias Sanitarias.

En cada llamada, Verónica informa sobre las medidas de protección frente al Coronavirus, da consejos sobre qué hacer para cuidarse, les pregunta si tienen necesidades de medicamento, cómo tienen que hacer para renovarlos a través de Salud Responde, o saber si necesitan alimentos y en caso afirmativo activa el protocolo de atención directa.

Sin embargo, tras esa primera parte de la llamada, llega la más importante para muchos de los que hay al otro lado, esos momentos que aprovechan para hablar, para desahogarse. «Muchos se ven solos, necesitan hablar y les da la vida esa llamada. De hecho, muchos me piden que los volvamos a llamar», explica Verónica.

Y es que para muchos, esa llamada posiblemente se convierte en una de las pocas ocasiones que tienen para hablar con alguien durante el día, de romper ese silencio y, sobre todo, de sentirse escuchados y de que hay alguien que se preocupa por ellos y que les recuerda.

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