La solidaridad permite reencontrarse con la esencia misma de la medicina

Encontrarse de pronto con medios insuficientes, con compañeros con los que trabajar codo a codo a los que no se conoce, con jornadas maratonianas de trabajo y casos que, aunque suene crudo decirlo, en España no revestirían gravedad y que en Kenia se enfrentan a una difícil o nula solución. Un ejemplo de la situación existente es la imagen de animales campando a sus anchas por el hospital y pacientes que prefieren pasar el pos operatorio en la calle que en una camilla y una sala de hospital porque, como población nómada, están más acostumbrados al exterior que al interior.

Y es que Turkana es una de las zonas más pobres del planeta, la escasez de recursos, las duras condiciones de vida y el aislamiento del resto del país hacen de esta extensa región una de las más desfavorecidas del continente africano.

Esa es la realidad con la que año tras año se encuentran los profesionales médicos españoles que participan durante 15 días en una campaña quirúrgica solidaria en Turkana, una población al noroeste de Kenia, y de la que durante los tres últimos años ha formado parte la cirujana del Hospital de Poniente Emilia Blesa.

«Cada año lo llevo mejor porque puedo ir ofreciendo más», explica, al tiempo que añade que «es una experiencia dura porque a veces tienes limitación de herramientas y porque ves casos y te enfrentas a situaciones duras como tener que ver niños que sufren cosas contra las que no puedes hacer nada cuando aquí se podría solucionar».

Sin embargo, desde la primera vez que puso el pié en Turkana, las dudas sobre si continuar con esta experiencia se evaporaron y todo ello pese a las condiciones, pese a tener que coger cuatro vuelos y tardar casi un día en llegar, pese a todos los inconvenientes con que se encuentre allí. «Es reencontrarte con la esencia misma de la medicina», afirma esta cirujana quien reconoce que «vuelves con una sensación al principio frustrante de que recibes más de lo que das y de no poder dar más de ti, pero mi primera experiencia de voluntariado fue con esta asociación de Cirugía en Turkana y aquí me quedo. Me he enganchado».

Una experiencia que ya ha compartido con muchos compañeros del Hospital de Poniente, en el que lleva un año trabajando, y que ya ha conseguido despertar el interés y las ganas de participar de esta experiencia en algunos de ellos.

Este año han sido un total de 32 los especialistas que han formado parte de esta expedición, apoyado por un equipo local al que con los años han ido instruyendo. Y es que esta oenegé española alcanza ya los 17 años trabajando sobre el terreno de manera anual, tiempo en el que han realizado más de 3.000 cirugías.

En esta edición se atendieron un total de 913 pacientes en los quince días que dura la campaña, se realizaron 286 ecografías y se realizaron 298 intervenciones.

«El equipo local realiza un cribado antes de nuestra llegada y es el que selecciona los casos», señala Emilia Blesa, quien añade que además de la parte médica también se realiza docencia e investigación.

Un proyecto que como Emilia Blesa destaca es «de justicia social», porque se trata de llevar un poco de esperanza y futuro a quienes lo necesitan y no lo tienen.