El recuerdo de quien se marcha sin apenas vivir queda 'Siempre en Mi' en el Poniente

«La muerte de un hijo es algo antinatural y una experiencia muy traumática que puede llegar a tener efectos psicológicos muy negativos a largo plazo, no solo para la madre, también para las unidades familiares y se ha demostrado que unos cuidados integrales, individualizados y humanizados pueden facilitar el proceso natural de duelo», explicó la matrona María Cano, coordinadora del proyecto 'Siempre en Mi' del Hospital de Poniente.

Un proyecto que se engloba en el programa de humanización que tiene en marcha el centro y que surge como respuesta de un grupo de profesionales de áreas tan distintas como Ginecología, Obstetricia, Pediatría, Salud Mental y Farmacia, a la necesidad de crear un protocolo de actuación de atención integral al duelo perinatal en el Hospital de Poniente, para contar con las herramientas y la formación adecuada para poder acompañar a los padres en esos duros momentos en los que tienen que despedirse de un hijo y prestarles el mejor cuidado y apoyo posible.

Un protocolo que también contempla las diferencias culturales y religiosas de la población de la comarca del Poniente, y en el que se protocolizan las actuaciones a seguir desde la detección de un caso en Urgencias o durante la consulta de revisión, durante la dilatación, en el parto o ingreso en Ginecología, e incluso si el fallecimiento se produce durante el ingreso en Pediatría.

En lo que va de año se han registrado en el Poniente un total de 2.169 partos y entre ellos, se han producido 11 pérdidas gestacionales durante el segundo y tercer trimestre, lo que supone un 0.5%.

No obstante, además de esa cifra el total de pérdidas gestacionales del primer trimestre este año en el Hospital de Poniente fue de 171.

Crear recuerdos

Uno de los aspectos destacados de este proyecto es que ofrece a los padres la posibilidad de crear recuerdos de su hijo, con la finalidad de que le ayuden a superar la pérdida.

Así, 'Siempre en mí' brinda la posibilidad a los padres de pasar tiempo con sus bebés en el momento del nacimiento e incluso hasta el último momento, y despedirse como deseen, proporcionando acompañamiento y soporte emocional. Para ello, se han establecido habitaciones específicas para el duelo perinatal.

Junto a ello, los padres reciben una 'caja de recuerdos' en la que se incluye una muselina para envolver al bebé tras el nacimiento, y que hará de sudario, una mantita, un gorrito, unos patucos y un peluche, hechos a mano por voluntarios, un certificado de nacimiento sin validez legal con su datos y sus huellas, una pulsera identificativa y una pinza de cordón, entre otros.