Publican un documental sobre los sucesos racistas de hace 20 años en El Ejido

Éste y su equipo de Bruna Cooperativa Audiovisual han vuelto a El Ejido dos décadas después de la explosión de violencia que llevó a algunos vecinos de la zona a quemar las chabolas de los jornaleros inmigrantes.

Lo que han encontrado invita a la reflexión, porque «el modelo agrario intensivo, caldo de cultivo de todo tipo de conflictos, no solo no ha cambiado, sino que se ha extendido».

En su opinión, el origen del problema que vivió y sigue viviendo El Ejido es un sistema económico basado en la exportación a Europa a precios bajos, «que explota al trabajador y agota los recursos».

«Si vendes un producto a 20 céntimos y llega a Europa a 6 euros, mucha gente se enriquece por el camino a costa de una mano de obra barata, que vende su trabajo a precios ínfimos porque no tiene más opción», añade.

El documental muestra las condiciones en las que viven los jornaleros, obligados a trabajar de sol a sol dentro de los asfixiantes invernaderos y a dormir en barracas.

Estos trabajadores «coexisten, pero no conviven con el resto de habitantes de El Ejido», en un modelo propicio a la falta de entendimiento mutuo y al conflicto.

«A las ocho (de la mañana) son pocos, después de las ocho (de la tarde) sobran todos», es una frase del exalcalde de El Ejido, Juan Enciso (PP), «que refleja claramente una actitud hacia los inmigrantes que impide la convivencia y azuza el odio», según el director del documental.

«Después de las ocho» es el título que ha elegido Carlos Juan Martínez porque «es un resumen perfecto de lo que pasa: el sistema necesita a los inmigrantes por la mañana para trabajar, pero cuando salen del invernadero por la tarde no quiere saber nada de sus necesidades».

«Este sistema potencia la desconfianza mutua y favorece el ascenso de la extrema derecha», que en El Ejido está representada por el líder de Vox Juan José Bonilla, que ha sido entrevistado por el equipo de «Después de las ocho».

El filme también recoge el testimonio de productores agroecológicos que alertan sobre el agotamiento de los recursos que supone el modelo intensivo y defienden un cambio en la forma de explotación y comercialización de los productos.

«Hoy en día los agricultores andaluces están en guerra con los marroquíes, a los que acusan de vender más barato y arruinarles el negocio, en una lucha que recuerda a la que tenían en los años noventa los agricultores franceses con los españoles», apunta Martínez.

«El modelo económico de la Unión Europea se ha mostrado insostenible -añade el director-. Sin embargo, el mar de plástico sigue creciendo y se ha extendido a otras zonas de una manera irresponsable».

El director concluye que «es un problema estructural que no se soluciona solo con cooperativas de consumo y buena voluntad por parte de los ciudadanos, es necesaria la intervención de las administraciones para que pongan límites a las grandes comercializadoras, que imponen precios bajos y favorecen condiciones de trabajo indignas».