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Inmaculada Acién
El Ejido
Sábado, 18 de mayo 2024, 23:09
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Desde las aulas del CEIPLa Canal de Vícar se escuchaba el cantar de los pájaros que hacían de las ramas de los árboles de su patio su hogar. Sin embargo, esos árboles con más de tres décadas que les habían acompañado, en los que cada día jugaban, que les daba sombra en los días calurosos y en los que los alumnos colgaban sus casitas de pájaros para ayudarles a crear sus nidos, comenzaron de pronto a secarse, sin motivo aparente, convirtiéndose en un peligro.
«Comenzaron a caer ramas, consideramos que podía ser peligroso y solicitamos al Ayuntamiento que los cortara», explica Eduardo Gómez Cano, director del colegio.
La retirada de los árboles dejó la imagen de un patio seco y poco atractivo. «Comenzamos a darle vueltas y se nos ocurrió que podíamos hacer una reforestación con plantas para dejarlo más atractivo para el centro y para el alumnado», comenta Gómez Cano, quien añade que el siguiente paso fue «solicitar ayuda a las empresas de la zona para hacer un jardín botánico y poético. Una zona donde los niños en los recreos y clases pudieran echar sus ratos de lectura».
La imaginación de profesores y alumnos es infinita y su creatividad también. Así los troncos de los árboles ya cortados se convirtieron en originales y coloridas propuestas, entre las que se pueden encontrar una casita de los gnomos o duendes, un hotel para las mariquitas, un tronco de la música o un refugio para las lagartijas.
«Proyectos de este tipo son muy importantes para motivar al alumnado y más en un centro de nuestras características que es de difícil desempeño o compensatoria, y prácticamente la mayoría del alumnado es inmigrante», señala Eduardo Gómez. Y es que si en la educación la motivación es siempre es importante para aprender, en un centro de estas características, la necesidad de acciones motivadoras lo es aún más.
Así, a su jardín de la poesía, que sirve como rincón para relajarse en los recreos e incluso para desarrollar proyectos por parte del profesorado, hace también unas semanas se unía su propio jardín botánico, gracias a la colaboración de empresas de la zona como la cooperativa Vicasol, y Servicios Ambientales Las Chozas. Mientras Vicasol fue la encargada de proveerlos de las plantas aromáticas que ya crecen en las jardineras del patio, Sach les ayudó con la materia orgánica para realizar la plantación.
«A parte de como zona de relax y de lectura, donde los niños pueden ir en los recreos o a través de actividades dirigidas, también es importante el cuidado de las plantas, que los niños vean que son seres vivos a los que hay que cuidar y que tenemos que ser responsables de ellas, hecho que también une al grupo en esa dinámica».
Elisabeth Marín, directora de marketing y sostenibilidad de Vicasol, afirma que cuando les llamaron para contarles que habían tenido que cortar unos árboles y que se había quedado muy triste la zona, sabían que tenían que ayudarles de alguna manera. «Están muy cerca de nuestras instalaciones y estamos muy comprometidos con la sostenibilidad y el medio ambiente. Decidimos donarles estas plantas aromáticas, que luego crecerán y se pondrán preciosas, y que utilizarán en proyectos», apunta.
La ilusión que se ve en las caras de los estudiantes, alrededor de 200 ahora mismo entre Infantil, Primaria y primer ciclo de Secundaria, demuestra que el aprendizaje y la responsabilidad está lograda, y los proyectos de futuro ya están en marcha, con propuestas como elaboración de perfumes con sus plantas aromáticas el próximo curso, crear esencias y aceites.
Un proyecto en el que también ha colaborado desde sus inicios Moisés Palmero, del Árbol de las Piruletas.
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