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Inmaculada Acién
El Ejido
Sábado, 9 de mayo 2020, 23:08
Son diversos los profesionales que han tenido que estar en primera línea de fuego para hacer frente a esta pandemia originada por el coronavirus, haciendo frente con responsabilidad y dejando a un lado la preocupación y el miedo al contagio para garantizar los servicios.
Entre ellos están los profesionales de la limpieza, que durante estos meses han tenido que abordar complicadas situaciones como la desinfección de zonas contaminadas en las que han estado personas positivo en Covid-19 para evitar que otros se pudieran contagiar.
En este sentido, las empresas de limpieza han tenido que ser rápidas en la toma de medidas y adopción de protocolos para garantizar la seguridad no solo de sus clientes, sino también de sus propios trabajadores.
Contacto con Italia
«En nuestro caso decidimos desde el comienzo entrar en contacto con empresas de Milán para conocer de primera mano cómo lo estaban haciendo allí, qué productos y útiles estaban usando y cómo, ya que nos llevaban ventaja», apunta Nuria Fernández, coordinadora en Labordequipo, quien añade que «los reales decretos en España son casi una copia de los italianos, por lo que nosotros teníamos casi una semana antes lo que se iba a aprobar en España y esa ventaja nos ha venido muy bien».
En el caso de esta empresa, la lejía se desechó el primer día. «Se trata de un producto de choque que está muy bien para el hogar, pero nosotros necesitábamos un producto autorizado por Sanidad, que desinfectara, no fuera corrosivo, no dañara las superficies y que además fuera de efecto a más largo plazo», explica Nuria.
Un producto con un coste muy superior al de la lejía «pero para nosotros es importante esa inversión en salud y bienestar».
Entre los cambios que ha provocado esta crisis sanitaria en la forma de proceder en las limpiezas está el cambio a bayetas desechables para evitar la contaminación cruzada en la limpieza, el uso de un sistema primero de barrido húmedo con paños desechables y posterior limpieza con desinfectante con fregado plano, desechando las fregonas.
EPIS
También el tema de los EPIS ha sido muy controvertido desde el inicio y la falta de estas medidas de protección se ha dejado notar en el sector sanitario.Medios que también eran de obligado uso en el caso de los profesionales de limpieza. «En nuestro caso tenemos mascarillas desde el primer día porque lo hicimos con previsión y comenzamos a comprar EPIS quince días antes del inicio de la crisis».
A partir de ahí comenzaron a buscar proveedores y «desde mitad de abril tenemos el abastecimiento garantizado de materiales y medios para cuatro meses», afirma Nuria.
Una inversión muy fuerte que ha provocado que la cuenta de resultados quede en negativo, ya que a ese desembolso se une el descenso en un 60% que han sufrido en la facturación por el hecho de que empresas y oficinas cerraron y suspendieron las limpiezas.
«Nos quedaron los edificios y algunas viviendas de personas mayores donde por su situación teníamos que seguir ofreciendo el servicio», explica Nuria, quien añade que, además, durante estos meses decidieron poner también su granito de arena en esta lucha de todos contra la Covid-19. «Hicimos un inventario de edificios antiguos y residenciales con elevado número de menores, en los que trabajamos habitualmente, y en ellos hemos hecho desinfecciones a fondo ya que los Ayuntamientos llegan hasta las puertas de los residenciales, pero no a las zonas comunes y portales», subraya Nuria.
Desescalada
De momento en Labordequipo no han notado la vuelta de los negocios, será posiblemente a partir de mañana, con el inicio de la Fase 1, cuando vuelvan al trabajo muchos comercios y comiencen a recobrar la actividad. «Vamos muy lentos a nivel de empresas locales, esperamos que se incremente la demanda de servicio cuando haya más movimiento, ya que los comercios tendrán que desinfectar dos veces al día mínimo», recuerda Nuria.
Un equipo especial para la desinfección en casos Covid-19
Labordequipo preparó un equipo de emergencias formado por dos personas, para realizar la descontaminación en comunidades donde se había producido algún caso de Covid-19. Personas formadas desde antes incluso del inicio del estado de alarma en un protocolo especial que se ensayó en numerosas ocasiones, desde cómo vestirse, hasta cómo actuar y cómo desinfectar posteriormente la indumentaria.
«Hemos ido de más intervenciones a menos de este tipo», apunta Nuria Fernández, quien destaca que el equipo especial se formó por profesionales que se presentaron voluntarios y agradece la implicación y respuesta de todo el personal.
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