Inmaculada Acién
El Ejido
Jueves, 16 de septiembre 2021, 23:53
Desde finales de junio y hasta principios de septiembre, la avenida Príncipes de España reduce significativamente su volumen de tráfico.
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Una avenida donde en pocos metros se concentran dos colegios de tres líneas y dos institutos, se convierte durante las mañanas en período lectivo en uno de los puntos calientes del municipio, ya que a la actividad comercial se suma la educativa.
Es por ello que parece lógico aprovechar esos meses estivales para el desarrollo de mejora de acerado, asfaltado o pintura.
Sin embargo, no fue hasta comienzos de agosto cuando el Ayuntamiento dio comienzo a los trabajos de diseño y construcción del carril bici en Ejido Norte.
Un proyecto que supone la reducción significativa de aparcamientos, ya que todos los que estaban habilitados en batería pasan ahora a ser lineales, para aumentar el ancho de las aceras y dar cabida al nuevo carril bici. Una ampliación que ha reducido en algunas zonas los aparcamientos hasta el límite, de manera que incluso los autobuses no pueden abandonar el carril para parar, porque sobresalen y obligan a los conductores a invadir el carril contrario para continuar circulando.
Pero, más allá de las dificultades de aparcamiento que generará y que se suman a las que existen en otros puntos del municipio, a la habitual congestión de esta avenida se une una cuestionable planificación de las obras, haciéndolas coincidir con el inicio del curso escolar, dando paso por momentos a atascos y problemas de circulación.
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Ejemplo de ello es que el miércoles, primer día en el que todos los menores comenzaban su horario habitual de colegio y era primera jornada para los estudiantes de los institutos, los pocos aparcamientos que quedan delante de los colegios, aparecieron cerrados con cintas por las obras.
Una situación que obligó durante la jornada del miércoles y del jueves a que el autobús escolar, sin sitio alguno para poder estacionar tuviera que hacerlo en plena vía pública, para que los menores pudieran apearse y entrar en el centro. Una situación que en materia de seguridad no se contempla como la más idónea.
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Con pasos de cebra llenos de escolares, coches circulando en una y otra dirección, y el autobús parado, las colas se sucedían por momentos.
Una situación a la que se une la incomodidad y seguridad de contar con obras en aceras que se llenan de menores en los minutos previos a la entrada escalonada y de padres en los momentos previos a la recogida de los menores a la finalización de las clases en el caso de los colegios y, posteriormente, con la salida de cientos de estudiantes de los institutos Murgi y Fuente Nueva.
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