Elizabeth De la Cruz
Domingo, 18 de junio 2017, 07:16
El IES Luz del Mar de El Ejido abrió sus puertas por primera vez en el curso 2014/2015, pero a día de hoy, aún se encuentra en fase de finalización. Tras dos fases terminadas de las tres previstas, la actividad educativa arrancó con un edificio que tan sólo contaba con aulas, en un espacio sin zonas verdes, jardines ni ningún otro tipo de elemento de embellecimiento. De este modo, y mientras esa tercera fase quedó paralizada, la comunidad educativa del centro decidió acogerse a la realización de diferentes programas que van más allá del contenido académico. Decidió tomar cartas en el asunto.
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Así, a través del programa de educación ambiental Aldea, en su modalidad B, informan desde el centro educativo que se han podido llevar a cabo dos proyectos dentro de la línea para la conservación de la biodiversidad: semillas (sobre los ecosistemas forestales y flora silvestre) y pleamar (sobre el medio litoral).
Un programa que requirió la participación, implicación, voluntariedad y esfuerzo de todo el profesorado, de las familias y del alumnado. El desarrollo de ambos proyectos ha permitido realizar con los alumnos actividades de conocimiento y exploración del entorno más cercano: Acuario de Roquetas, Jardín Botánico de Rodalquilar, Paraje Natural de Punta Entinas Sabinar, entre otras; así como llevar a la práctica la transversalidad en todas las áreas.
No obstante, una de las actuaciones que mayor impacto tuvo en el centro empezó con la actividad denominada Las semillas del Jardín vuelan a mi centro, donde el alumnado, después de visitar y conocer el jardín botánico de Rodalquilar recibieron semillas de flora silvestre de la zona almeriense . La idea era crear un vivero forestal, que fue iniciado con la plantación por parte de cada alumno de una de esas semilla, lo que se combinó con la aportación por parte de las familias de diferentes variedades de plantas con las que crear un jardín que además de mejorar paisajísticamente el centro, sea un recurso educativo más para materias como Biología y Geología.
Una actuación que conllevó muchas horas de trabajo, la implicación de toda la comunidad educativa, la colaboración desinteresada de entidades como Asprodesa, que donó plantas para el centro, la empresa Servicios Ambientales Las Chozas, que realizó una aportación de 40 metros cúbicos de compost , el Ayuntamiento de El Ejido desde las áreas de Educación, Agricultura y Medio Ambiente o incluso otras empresas y vecinos de la localidad, que sin ser miembros de la comunidad educativa se sintieron atraídos por el proyecto y quisieron aportar su granito de arena.
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Las tareas se realizaron incluso durante los fines de semana y en época de vacaciones, con el objetivo de poder concluir el proyecto antes del fin del curso escolar. El resultado final ha sido un trabajo en equipo, un auténtico aprendizaje cooperativo para todo el centro y una mejora indiscutible de la primera cara que da el centro a sus alumnos cada mañana cuando los recibe abriendo sus puertas: un jardín con flores y plantas que crecen gracias al tiempo diario dedicado.
Continuará
En cualquier caso, por parte del IES Luz del Mar se tiene claro que «aún queda mucho por hacer, y el deseo es que exista continuidad, porque cuando se construye un centro educativo y se pone a disposición de la formación y la enseñanza de una comunidad no basta con levantar las paredes, colgar pizarras y colocar sillas y mesas. El entorno es igual de importante, crear espacios verdes que inspiren bienestar, sombras en las que refugiarse del aplastante sol de la zona, en la que los chicos y chicas puedan descansar en sus 30 minutos de recreo para seguir sus clases, 6 horas diarias, sentados en la misma silla, en la misma mesa, merecen un espacio agradable donde esparcirse». Para este instituto ejidense, este otro aspecto «también es educación, esto también es crear climas que favorezcan la convivencia, esto también es construir con alma el centro donde se formarán los jóvenes de nuestro presente y futuro. Esto es algo que debe tener muy presente la administración educativa».
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Desde el IES Luz del Mar se trabaja un concepto distinto de enseñanza, alejado de la pedagogía unidireccional donde el conocimiento circula por un carril, del docente al aprendiz, donde tan sólo se necesita un espacio físico con sillas y mesas bien ordenadas para el trabajo individual, libros, cuadernos y una buena pizarra para enseñar.
En esta línea, toda la comunidad educativa ha hecho suya la construcción de este espacio cálido, del que ya disfrutan sus principales impulsores. Desde este centro educativo ejidense, aunque joven en andadura, es frecuente la realización de actividades e iniciativas que van más allá del modelo de aprendizaje clásico y orientado a la búsqueda de una alternativa más práctica y que ayude a desarrollar las diferentes competencias en la vida.
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Con todo, desde el IES Luz del Mar se muestran muy orgullosos de los resultados obtenidos tras meses de esfuerzo, y ya idean cómo dar continuidad a esta tercera fase que han decidido iniciar por su cuenta.
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