Plantas y flores como terapia para despertar los sentidos en el jardín ‘La Almunya del Sur’

«Cada vez son más conocidas las propiedades terapéuticas de visitar un jardín. Se estimulan todos nuestros sentidos, la vista con los colores de las flores, las hojas y diferentes formas y elementos decorativos. El olfato, disfrutando de los diferentes aromas de las plantas . El tacto, siendo texturas suaves y aterciopeladas las que presentan muchas de las hojas de nuestro jardín. El gusto, saboreando los productos que se cosechan dentro del mismo y el oído, escuchando el canto de los pájaros, el sonido del agua por todo su recorrido, las ranas, o el rumor de las hojas». Así resumen Manuel Sánchez y Carlos Collado, los fundadores del espacio verde La Almunya del Sur, todas las propiedades terapéuticas que presenta este jardín botánico, ubicado en la carretera que une Tarambana y Balerma.

Y es que sus responsables recibieron esta semana la visita de un grupo de pacientes del Hospital de Poniente de El Ejido, quienes quisieron conocer este espacio, donde conviven más de 1.200 taxones distintos de plantas y flores. En este sentido, añade Manuel Sánchez, «puede ser el mejor antídoto o la mejor medicina para sanar cualquier mal, cuyos efectos más inmediatos son relajación y bienestar».

De hecho, como reconocen, «es muy grata la sorpresa que se han llevado al descubrir semejante paraíso en medio del mar de plástico. Hemos recorrido todos y cada uno de sus rincones observando, tocando y comentando muchas de las curiosidades, usos y propiedades medicinales que esconden algunas de las especies cultivadas en el jardín». Con todo, terminan, «al final del recorrido les hemos invitado a un rico zumo de naranjas recién recolectadas que les ha encantado». Sin duda, un plan saludable y lleno de aromas que transportan al visitante.