Los niños se adentran en el Castillo de Guardias Viejas

Los pequeños comenzaron descubriendo cuándo y porqué se construyó esta fortificación costera. Y es que fue Carlos III el que mandó construir el Castillo de Guardias Viejas para proteger la costa de los hasta entonces numerosos ataques de piratas que asolaban la Costa y que atemorizaban a sus habitantes. De hecho y como explicó Ramón Alférez, del área de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento, a la decena de niños participantes, el Castillo de Guardias Viejas forma parte de una red de estructuras diseñadas para proteger toda la costa mediterránea, entre las que se encuentra también la Torre de Balerma.

Como parte de la explicación, los asistentes pasaron por la sala de armas, donde se guardan réplicas de las armas que utilizaban en la época los soldados que se apostaban en el Castillo. Sobre ellas, los pequeños pudieron conocer cómo se cargaban, qué distancia alcanzaban y cómo se defendían los soldados, tocando y conociendo de manera práctica los distintos elementos de defensa. Y es que nada mejor que aprender desde la práctica para que los pequeños recuerden una parte de su historia.

De esta manera, entre explicaciones, fotos y testeo, se llegaba a la primera actividad de la jornada como fue el tiro con arco. Una actividad que estaba previsto realizar en el exterior del Castillo, pero que ante el viento que soplaba se trasladó hasta el patio de armas del Castillo donde tanto pequeños como adultos probaron su puntería, tras recibir instrucciones de cómo cargar el arco y disparar.

Los adultos también tuvieron la ocasión de disparar con arcos y flechas reales en el exterior del Castillo.

Junto al tiro con arco, los pequeños también pudieron practicar en la capilla del castillo, la puntería con los cañones.

En este sentido, el Castillo de Guardias Viejas contaba con cuatro cañones que se apostaban en la terraza de artillería. Pero para su uso, los soldados tenían que practicar la puntería. Una puntería de lanzamiento que en este caso, los pequeños practicaron con pelotas que tenían que impulsar entre tres personas con gomas. Un ejercicio que realizaban antiguamente los soldados del Castillo para saber cómo debían apuntar los cañones, sin tener que desperdiciar una munición costosa y escasa.

Una jornada para conocer un poquito más de la historia y del pasado de esta tierra que se complementó con otra actividad que permitió a los pequeños conocer otras épocas aún más antiguas.

Así, en las inmediaciones del Castillo pudieron convertirse en arqueólogos para encontrar restos óseos o incluso aprender a crear fuego usando hierba seca y silex, una piedra que no se encontraba en la provincia de Almería y que permitió a Ramón Alférez explicarles más detalles a los asistentes sobre temas como el trueque.

Una jornada que junto a la ruta de 'Supervivencia en la Prehistoria' que se han llevado a cabo este verano en la zona de Almerimar permite a los pequeños disfrutar de actividades al aire libre muy prácticas y dinámicas con las que conocer desde la práctica pinceladas del pasado de El Ejido a lo largo de sus diferentes etapas.

Acciones todas ellas que se enmarcan en el amplio calendario de actividades gratuitas diseñado por el área de Cultura del Ayuntamiento para dar a conocer y difundir el rico y amplio patrimonio cultural e histórico con el que cuenta el municipio.