El niño de 7 años fallecido, presuntamente, a manos de su madre residía con ella en Huércal de Almería. Tanto la ya detenida como el padre del menor se mudaron a la localidad del Bajo Andarax desde el municipio alpujarreño de Alcolea, del que ambos son originarios, permaneciendo allí madre e hijo tras la separación de la pareja después del nacimiento del pequeño.
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Desde que se produjera su ruptura tras 17 años de relación, los dos progenitores mantenían una constante lucha judicial por la custodia del pequeño, con quien su padre compartía fines de semana alternos.
Años de litigios, de hecho, que habrían comenzado a resolverse hace menos de una semana, cuando se celebró una vista tras la que se determinarían medidas provisionales que vendrían a otorgar este derecho al padre, absuelto hace años tras ser denunciado por su expareja.
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De manera oficial se desconoce si este proceso por la custodia del menor está relacionado con el crimen que, según los primeros indicios, se atribuye a su madre, detenida en la ejidense barriada de Las Norias de Daza con el cuerpo del niño en el vehículo.
Sin embargo, fuentes de la familia, no descartan que tenga que ver con ello por situaciones experimentadas con anterioridad, entre ellas, episodios de maltrato al niño que el padre habría denunciado ante las administraciones competentes.
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