Medio siglo contribuyendo a la transformación de El Ejido

El sábado tuvo lugar un encuentro y oración, que contó con la asistencia de más de un centenar de personas, y entre ellas dos mujeres importantes para esta comunidad religiosa. Salomé Arricibita, una antigua alumna y médico de profesión escribe canción cristiana a la que pone música y con la que ayuda a la gente a rezar. Mariola López Villanueva, religiosa del Sagrado Corazón, se dedica a dar charlas con el evangelio y su palabra. Ambas se unieron el sábado para mediante la palabra y la música conducir a los asistentes en oración. «Se emocionaron los asistentes», afirma la hermana Fátima Santaló-Ossorio.

El domingo tuvo lugar una Eucaristía de Acción de Gracias presidida por el Vicario general de la Diócesis de Almería, Don Ignacio López, que contó con la asistencia de más de una decena de hermanas que durante estos 50 años han pasado por la comunidad tanto de Santa María del Águila como de Las Norias.

De hecho, durante la Misa, que tuvo lugar en la Iglesia Parroquial de Santa María del Águila, humo momentos para recordar historias y también a las 44 religiosas que han pasado por esta congregación que en la actualidad tiene activo el proyecto Bantabá, con un centro socioeducativo situado en Las Norias de Daza, que sirve de espacio de encuentro y apoyo, principalmente para la población inmigrante, mediante la impartición de clases de español. Sin ir más lejos, el próximo martes 1 de octubre 180 personas iniciarán su formación en español. Aunque la contribución de estas hermanas ha sido mayúsculo a lo largo de su vida en el municipio.

Después de la Eucaristía se proyectaron dos vídeos de dos de las fundadoras que no pudieron estar presentes en la celebración por cuestiones de salud. En esos vídeos se contaban los inicios de esta congregación en el municipio.

Antes de instalarse en Almería, tres hermanas de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús visitaron la provincia para hablar con el Obispo. «Había mucho deseo entre muchas de las hermanas de abrir una nueva comunidad en algún lugar que estuviera un poco apartado y en aquel momento la tierra del Poniente cumplía ese espacio en el que queríamos establecernos», explica la hermana Fátima Santaló.

La sugerencia fue que se instalaran en La Aldeílla. «Se pidió hermanas que se ofrecieran y cinco hermanas aparecieron en Santa María del Águila en septiembre de 1974. A los dos años se abrió otra comunidad en Las Norias con tres hermanas», señala Santaló, quien añade que la hermana Micaela Garmendia, que fue una aquellas cinco monjas que llegaron, recuerda que era un pueblo sin asfaltar, sin agua, donde las mujeres iban con sus pañuelos negros de luto.

«Hemos estado muy atentas a las necesidades que íbamos encontrando», afirma Santaló.

Preguntada por el futuro de esta congregación en el municipio, Santaló señala que «solo Dios los sabe. Nuestro deseo es poder seguir mucho y ojalá se pueda». La realidad es que el futuro de las congregaciones es complicado. Las hermanas van haciéndose mayores, en la de Santa María del Águila, todas las que quedan están ya jubiladas y la más joven tienen 66 años. «Por ahora estamos, por cuánto tiempo no lo sabemos».

La contribución de las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús a Santa María del Águila a la transformación y avance del municipio de El Ejido y concretamente de los núcleos de Santa María del Águila y Las Norias ha sido amplia e importante.

De hecho, llegaron a La Aldeílla antes incluso de que El Ejido se constituyera como municipio. En aquel septiembre de 1974 no solo llegaron para ayudar en la evangelización y tareas pastorales, sino que se convirtieron en las impulsoras de grandes mejoras para la vida de los vecinos.

Tal fue así que la madre Micaela Garmendia creó la primera guardería en Santa María del Águila, también crearían una en Las Norias.

La hermana Fátima Santaló-Ossorio, señala que fueron precursoras de las guarderías que posteriormente implantaría la Junta de Andalucía en estos dos núcleos. «En Santa María del Águila les dejaron un salón de la parroquia. Y ella cuenta que no había nada, ni una silla. La Asociación de Amas de Casa también la impulsaron las monjas con las mujeres del pueblo. La asociación de la Tercera Edad de Las Norias también fue impulsada por las monjas», incluso impulsaron la creación de una asociación juvenil. Acciones con las que mejorar la vida de las personas.

La formación fue un ámbito en el que también se implicaron con un taller de corte y confección que permitió a muchas jóvenes obtener un título con el que poder conseguir un trabajo.

«Fueron un poco las propulsoras de que empezase a haber algo más que casas», subraya la hermana Fátima Santaló-Ossorio.

Durante la eucaristía del sábado hubo cinco personas que dieron gracias, Una de ellas calificaba a las hermanas de esta congregación como «el internet de la época». Y es que, como explica la hermana Fátima Santaló, «para los vecinos, quienes los llevaba fuera de excursión para que vieran algo fuera de Las Norias eran las monjas y les hablaban de lo que sucedía en otros sitios fuera de allí, procurando que conocieran otro mundo». Fue muy gráfico y un acto muy emotivo.