
Secciones
Servicios
Destacamos
Inmaculada Acién
Lunes, 25 de enero 2021, 00:21
Hace unos 20 años que El Ejido cuenta con una Escuela Deportiva de Judo. Nació con solo dos niños y como reconoce entre risas Mari Pérez, presidenta del Club Forum, una de ellas era su hija. Sin embargo, hoy en día cuentan con una gran Escuela Deportiva en El Ejido, otra en Berja y hasta en un pueblo de Córdoba.
Un proyecto que desarrollan un grupo de amigos, casi como si fueran una cooperativa, sin ánimo de lucro, y que se ha convertido en un verdadero ejemplo de integración y de cómo hay personas que te pueden cambiar la vida.
«Nuestros principios como club son que cualquier persona que se ponga en la puerta del club y diga que quiere hacer Judo tiene derecho a hacerlo. Como es un derecho y para nosotros todas las personas son iguales, tenemos que darles ese servicio», explica Mari Pérez. Así, hace unos ocho años se plantó en la puerta de la Escuela un chico conNecesidades Educativas Especiales.
«Cuando tú tienes un hijo de la misma edad que el chico que se te pone en la puerta y ves que tu hija es magnífica, maravillosa y perfecta, y tú ves que ese chico que también es magnífico, maravilloso y perfecto en su forma, no tiene los mismos derechos, te motiva a hacer algo», afirma Pérez.
Desde ese momento, Mari se planteó la necesidad de formarse para poder darle la formación que requería a ese niño, que año tras año ha ido creciendo con ellos. Un chico que en cierta forma cambió la vida de Mari Pérez, si bien ella también cambió un poco la vida de ese niño y de tantos otros, dándoles la oportunidad de que practicara deporte y lo hiciera junto al resto de compañeros. Y es que como ella misma reconoce «cuando estás con ellos, te cambia todo. Eso me llevó a formarme y yo formo a mis monitores y compañeros».
De esa manera, cuando aquel chico, José, llegó a su Escuela, el primer paso que tomó fue acercarse a la ONCE «porque José es ciego y en la ONCE me dieron un vídeo de arbitraje, con lo cual no me servía para saber cómo tenía que proceder», señala Pérez, quien añade que después «se fue hasta Málaga para ver a Carmen Herrera, paraolímpica de Judo ciega y campeona en varias ocasiones, a la que conocía de entrenar con ella. «Ella me contaba en qué ejercicios lo pasaba mejor y en cuáles peor. Yo iba tomando notas para después poner en práctica lo que ella me contaba. Carmen me ayudó a sentar las bases de por donde empezar. Así, empezamos por trabajar el suelo, inmovilizaciones, el contacto, revolcarnos con ellos, el juego, y poco a poco hemos ido a más».
Como también fue poco a poco a más la formación de Mari Pérez, con esfuerzo, dedicación y tesón. «Cuando vimos que la antigua escuela federativa no hacía adaptaciones curriculares a nuestros chicos buscamos crecer, porque si quieres dar un servicio tienes que estar formado. Decidimos mi marido y yo irnos a Galicia. Allí conseguimos la titulación correspondiente y nos lo homologaron por el Consejo Superior de Deportes y con Educación. Yo soy Técnico Deportivo Nivel 2 y mi marido, Quini Rodal, Nivel 3». Allí, Pérez conoció al entonces decano de la Universidad de Valencia y a Mónica Merenciano, una deportista española que compite en judo adaptado y que tiene en su haber varias medallas en Juegos Paralímpicos. «Me dieron unas nociones para salir del paso, ya que no hay ninguna titulación que sea de judo y a su vez para trabajar con niños con Necesidades Educativas Especiales, ni curso o formación».
Como esta ejidense señala, lo básico lo ha aprendido trabajando codo a codo con las madres de la asociación'Soy Especial y Qué'. «Ellas nos han enseñado a nosotros y nosotros hemos adaptado la formación para enseñar a sus hijos».
Pero Pérez quería seguir formándose para mejorar la atención. «Estábamos creciendo mucho y la única manera que vi de formarme fue hacer Magisterio. Con dos hijos y mi trabajo, me apunté a la Universidad de Almería, presencial, e hice mis cuatro años de Magisterio Educación Infantil pero con la especialidad en Educación Física, para poder tener el trato de los pequeños, que te aporta más el tema de trastornos del aprendizaje y la especialidad de Educación Física para conocer cuál es el desarrollo de este tipo de chicos».
Ayuda del IMD
Por otra parte, Pérez también tiene palabras de agradecimiento para el IMD porque les han ayudado bajándoles los ratios de alumnos por monitor, de manera que puedan seguir trabajando con ellos. No obstante, el club ha puesto un monitor específico para ellos. «El ratio que podemos tener a lo mejor es de 8, pero nosotros pagamos un monitor entre todos los monitores para que esté con ellos, porque 8 no es viable, no se puede trabajar». Una decisión que muestra el corazón de este equipo y que además ha ayudado a que el ambiente con el resto de alumnos también sea especial, de aceptación y normalización.
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora y Josemi Benítez (Gráficos)
Jorge Pastor | Granada
Lourdes Pérez, Melchor Sáiz-Pardo, Sara I. Belled y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.