Un joven ejidense crea diseños de gafas, pantalla y mascarillas de protección

Alejandro Manzanares es un joven ejidense de 21 años, estudiantes de segundo curso de Diseño de Videojuegos en 3D, formación que recibe en Barcelona. Desde allí, durante su encierro, hace unas tres semanas, fue cuando decidió utilizar todo ese tiempo para poner también su granito de arena en la lucha contra el coronavirus en esta crisis sanitaria que asola no solo el país, sino parte del mundo.

«Vi que en China la gente se había unido y estaban haciendo materiales de protección de manera masiva. Me llamó mucho la atención y pensé en probar a diseñar yo también los elementos de protección porque para algo estoy estudiando diseño 3D», afirma Alejandro.

No fue tarea fácil, reconoce. Y para ello primero buscó un modelo ya homologado que podía descargar la gente, para adaptarla después, haciendo además medidas distintas e incluyendo una mascarilla para niños «que en ningún sitio había», señala Alejandro.

En este sentido, se trata de una mascarilla para químicos, que se puede imprimir por un coste de un euro y ponerle después un filtro que permite bastantes usos.

De esta manera y después de horas de trabajo, Alejandro diseñó dos modelos de mascarillas con diferentes tamaños, para diferentes tipos de nariz y barbillas, a las que después también sumó una diadema adaptable en tamaño, para incorporarle una pantalla protectora y unas gafas de protección para adulto.

«Fue mucho trabajo, tardé en hacer todos los diseños algo más de una semana, pero dedicándole muchas horas al día», señala este joven ejidense.

Son modelos que de momento no han sido probados y que no están homologados, aunque Alejandro espera que lo sean en breve. «No tengo impresora 3D así que no he podido probarlos. Si hubiera tenido una hubiera hecho un montón de pruebas, porque salen mucho más baratas de hacer que las que se pueden comprar en la farmacia», apunta Alejandro, quien reconoce que hace tiempo se planteó comprar una pero el precio de la máquina y de los elementos necesarios para la impresión lo retuvo.

Envío de diseños

Una vez dispuso de los diseños llegaba la segunda parte, el qué hacer con ellos.

«La verdad es que lo primero que hice fue preguntarle a mi madre dónde podía mandarlos y entonces empecé a buscar direcciones de correo electrónico de las administraciones públicas y ha enviar todos los modelos», expone este joven diseñador de 3D.

Unos envíos que comenzaron por el Ministerio de Sanidad, continuaron por la Generalitat de Cataluña y la consejería de Sanidad de Madrid y también al gobierno andaluz. «En Andalucía busqué las direcciones del gobierno andaluza en cada provincia y lo mandé provincia por provincia, pero en el caso de Andalucía la mayoría de direcciones oficiales que aparecen en su web dan error, salvo Almería, Málaga y Sevilla. También los envié al Ayuntamiento de Almería, al de El Ejido y al Hospital de Poniente», al tiempo que añade que ha recibido algunas respuestas oficiales dando las gracias por sus aportaciones a nivel nacional y autonómico».

Asimismo, Alejandro también quiso compartir sus diseños con aquellos que estaban ya haciendo impresiones en 3D para lo que decidió colgarlos «en un foro de Soria, donde vi que eran muy activos en la elaboración de todo tipo de material sanitario».

Ahora, más de un mes después de empezar este confinamiento provocado por el estado de alarma, Alejandro volvió el viernes de Barcelona para terminar de pasar el estado de alarma en casa. Para viajar, necesitó un certificado de empadronamiento, que acreditara su residencia habitual. «Había bastante control en el Aeropuerto de Barcelona, pero muy poca gente. Yo he contado solo ocho vuelque que salían y veníamos como mucho once personas en el avión. Muchos controles, pero lo cierto es que no nos tomaron la temperatura ni nada, como medida de prevención», afirma Alejandro.