Investigan a un médico denunciado por atender alcoholizado a niños de Poniente
La madre de una menor estalló en las urgencias del hospital después de que el sanitario le cuestionara «por qué mierda» había ido al centro de madrugada
David Roth
El Ejido
Martes, 25 de julio 2023, 10:47
Ir a urgencias nunca es grato. Hacerlo de madrugada y que sea porque tu hija se encuentra enferma, lo hace aún menos apetecible. Precisamente por eso resultaron aun más paradigmáticamente insospechables y «lamentables» los hechos acontecidos en el Hospital Universitario de Poniente, en El Ejido, la madrugada del pasado sábado.
Un pediatra en estado de embriaguez –con una tasa de alcohol que superaba el gramo en sangre, aseveran varias fuentes cercanas a la investigación– 'atendió' a una mujer que acudió con su hija por una infección en el dedo fruto de una picadura días anteriores que comenzaba a inflamarse y a molestar. El estado de embriaguez era tal que casi se desploma durante la consulta. El suceso está siendo investigado tanto por la Policía Local de El Ejido como por el propio Hospital Universitario de Poniente, que ha abierto un expediente de información reservada y que trata de corroborar que la situación en la que se encontraba el sanitario no ha afectado a los diagnósticos de esa jornada laboral.
La madre, Paqui Amat, aseguraba que el médico, «ebrio», casi se cae encima de la pequeña. Algo que pudo evitar porque ella misma, con reflejos, la apartó del lugar evitando un peor desenlace. El médico llevaba «desde bien temprano» en unas sospechosas condiciones. «Olía muchísimo a alcohol», rememora la progenitora de la pequeña paciente. Sin embargo, se queja, los compañeros del sanitario, con sus facultades visiblemente mermadas, «lo tapaban diciendo que le había dado un ictus».
Derivada desde Roquetas
Amat y su pequeña llegaron al Hospital Universitario de Poniente tras ser derivadas del Ambulatorio de Roquetas de Mar que cuenta con servicio de Urgencias –en Las Salinas–. Desde allí se les remitió al complejo hospitalario para que un especialista extrajera el pus. Es un asunto que se podría haber resuelto rápidamente y que, sin embargo, se prolongó desde las dos de la mañana hasta las siete con intervención policial, taquicardias, quejas, esperpento y un lamentable desenlace: al no haberla tratado de inmediato, han tenido que «cortar» a la joven en la zona afectada para tratarla, ha relatado a este periódico la madre de la niña.
Al llegar a Pediatría solo tenía un bebé por delante antes de que le alcanzara su turno. Cuando salió este pequeño paciente, apenas cinco minutos después de entrar en la sala, el médico comenzó a llamar a enfermos que ya habían entrado previamente en la misma.«Es como si no se hubiera dado cuenta de que ha había atendido a todos los que habían ido antes de mí», narra Amat en declaraciones a este periódico. «Yo estaba sola y me pregunte:¿Pero los nombres que ha dicho no son los que ya se han ido?».
Entonces, el sanitario les abrió la puerta y fue cuando pudieron corroborar lo que ya sospechaban: que el facultativo no se encontraba en sus plenas capacidades. «Casi se cae encima de nosotros», lamenta la progenitora de la pequeña enferma. «¿Qué le pasa a este?, me pregunté», narra la madre. «Se me acerca a mí y me viene una peste a alcohol… Y vamos, intentó alejarse lo más rápido posible hasta llegar al asiento», relata.
Una vez en su sillón, y siempre según el relato de la madre –que ayer recibió las disculpas públicas y privadas del complejo hospitalario– el pediatra le habría dicho a la niña que se encontraba ya en la camilla que «para qué mierda has venido a esta hora». «Yo estaba muy nerviosa, así que cogí a la niña, que estaba ya en la camilla, abrí la puerta y me fui de la consulta, tenía mucho miedo», asevera.
Al abandonar la zona de consultas, la progenitora acudió al mostrador de atención al paciente, en recepción, en donde minutos antes le habían tomado los datos, y le mostró su queja. «Me dijo:'¿Y yo qué hago?'. Pues cómo que qué haces...», se aqueja la afectada. «También se lo digo a una enfermera que había en la calle fumando y me dijo, fíjate, que me fuera a las urgencias de Roquetas a que me atendieran, que les explicara lo que estaba ocurriendo allí, y que a las cuatro de la madrugada el médico se tenía que ir». También se lo comentó a otro médico que se encontraba de guardia que intentó achacar el habla discordante y los torpes movimientos del médico a un posible ictus. «Lo mismo le está dando algo», dice que le refirió.
Ala falta de atención sanitaria normalizada le sumó, la madre de la pequeña roquetera, que tampoco había cuerpo policial que atendiese en primera instancia su urgencia: ver qué ocurría con el sanitario que debía atender a su pequeña. «Llamé al 112 que me dijo que llamara a la Guardia Civil. Y la Guardia Civil me dijo que esto era cosa de la Policía Local». Un buen rato después, y tras unos primeros instantes de incredulidad, los agentes se internaron en el Hospital de Poniente y accedieron a la consulta de Pediatría. Allí se le efectuó –relatan diversas fuentes consultadas por este diario– un control de alcoholemia.
«Nosotros nos quedamos en la calle con un policía acompañándonos, tras lo que me dijeron que fuera con ellos, que llevaba yo razón. Se llevaron para adentro al padre de mi hija para que lo viera y no se mantenía ni en pie», lamenta la madre, que cuenta que al pediatra le realizaron tanto pruebas de aire como en sangre. «Tuvieron que traerse máquinas y todo».
Investigación interna
El Hospital de Poniente ha reconocido los hechos y ha lamentado «profundamente» la situación vivida este fin de semana en el servicio de Urgencias de Pediatría por los progenitores y los pequeños atendidos por el facultativo. «De momento, el profesional implicado ha sido apartado del servicio y se ha iniciado la apertura de una investigación reservada que podrá dar lugar a una sanción», han explicado en el mismo.
Además, el personal del hospital está llevando a cabo una revisión exhaustiva de las historias clínicas de todos los pacientes que pasaron por la consulta afectada en las horas inmediatamente anteriores a que se certificase la embriaguez del médico. «De momento», indican desde Salud, no se ha «detectado ninguna anomalía o diagnóstico incorrecto». De igual modo, parte del equipo directivo del centro mantuvieron en la mañana de ayer «una reunión con la familia afectada», a la que se ha pedido disculpas por lo ocurrido «y se ha informado puntualmente de todas las actuaciones realizadas».
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