Los hoteles del núcleo de El Ejido abren sus puertas

Los hoteles del municipio ejidense viven también en esta crisis sanitaria provocada por la Covid-19 su particular 'desescalada'. Y es que pese a que con el inicio de la Fase 1 en la provincia el pasado 11 de mayo ya podían abrir sus puertas de nuevo al público, la mayoría prefirieron mantenerse cerrados.

Así, el Gran Hotel Victoria, ubicado en el bulevar de El Ejido, fue el primero en tomar la decisión de retomar la actividad, mientras que EjidoHotel reabrió sus puertas el pasado lunes 18 de mayo. Por su parte, los dos hoteles de Almerimar continúan cerrados al público. El motivo por el que unos abren y otros prefieren continuar cerrados se fundamenta en su tipo de clientela.

«No somos un hotel turístico, aunque agosto sea un mes bueno en ese sentido», afirma Manuel Ferrón, director del Gran Hotel Victoria, quien añade que su clientela tipo es la de trabajadores y empresarios que se desplazan al municipio por negocios. El ejemplo claro de ello es que el 90% de sus clientes se alojan de lunes a jueves.

«Durante el confinamiento hemos tenido bastantes personas vinculadas a actividades esenciales que han necesitado sitio para alojarse», explica Ferrón, al tiempo que señala que el motivo de tomar la decisión de abrir el mismo día que comenzaba la Fase 1 obedece a que cuentan con una clientela «bastante asidua que nos estaba demandando alojamiento».

El Gran Hotel Victoria cuenta con 86 habitaciones y su director considera que en su caso no les va a afectar la desescalada. «El poco tiempo que llevamos abiertos hemos tenido bastantes llamadas y reservas», afirma Ferrón.

De esta manera, el Gran Hotel Victoria vuelve poco a poco a su rutina, con la vuelta también de la restauración el pasado viernes y con la mente puesta en recuperar la plantilla total cuanto antes, después de siete semanas cerrados por la obligatoriedad del estado de alarma.

Sin embargo, la cosa cambia cuando se habla de previsiones para el verano. «En el verano solemos jugar con previsiones a corto plazo. El cliente que viene es en su mayoría turista que decide dónde va en el último momento, con estancias cortas de tres o cuatro días, pero sí es cierto que en condiciones normales ya deberíamos tener una base de reservas hecha para agosto, de turista normalmente nacional, y eso se ha ido perdiendo».

Precisamente es la ausencia de turismo y la incertidumbre sobre el futuro, con preguntas en el aire como cuándo se podrá viajar entre provincias, con qué medidas de seguridad se va a tener que viajar o cuándo se va a poder recibir turismo extranjero, lo que prima en estos momentos entre el sector hotelero más vinculado al turismo.

De momento, los dos hoteles de Almerimar, tanto el Hotel Golf Almerimar de cinco estrellas como el AR Almerimar de cuatro estrellas, están cerrados al público y aún no hay fecha decidida sobre su apertura, según confirma su director, Antonio Fornieles.

Antes de esta crisis sanitaria, el Hotel AR Almerimar, un hotel turístico con un aire muy familiar y vinculado principalmente al turismo nacional, ya contaba con cerca del 60% de las reservas para el mes de julio completas. Prácticamente todas ellas incluso realizadas en enero.

Ahora la mirada es de preocupación y expectación, por parte de la dirección. «En la trayectoria que tenemos contamos con clientes de toda la vida, familias que cada año nos visitan porque se sienten felices y esas son las sensaciones que queremos que tengan nuestros clientes por eso no planteamos fechas de vuelta a la actividad aún, solo pensamos en que cuando volvamos a abrir las puertas de nuestros hoteles será para ofrecer de nuevo a nuestros clientes la máxima calidad en el servicio, con total seguridad, y una experiencia de felicidad», afirma Antonio Fornieles.

El cliente tipo del AR Almerimar es turista nacional, principalmente familias y fundamentalmente de Madrid, Cataluña, Valencia, Alicante o Málaga, zonas además que han sido especialmente golpeadas por la Covid-19. Para el Hotel Golf la preocupación se centra ahora sobre todo en el otoño, tras un mayo y junio perdidos, ya que su clientela se basa fundamentalmente en turismo extranjero y resta por saber qué sucederá con fronteras y vuelos.