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Inmaculada Acién
El Ejido
Miércoles, 15 de diciembre 2021, 23:25
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La disposición de los espigones construidos en Balanegra podría haber provocado una erosión más rápida y profunda en la costa de Balerma de la que se debería haber producido de haber sido construidos en sentido contrario.
El Estudio de Alternativas de las Playas de Balanegra que se llevó a cabo en julio de 2013 por parte del Servicio Provincial de Costas en Almería, señalaba que los aportes del río Adra a la costa habían descendido sustancialmente en la última década, debido a la regulación del 70% de la superficie de su cauce con la construcción de la presa de Benínar y que todo el perímetro exterior del delta el río se encontraba fijado artificialmente por escolleras y espigones de apoyo, lo que había reducido la aportación de sedimentos hacia levante. Una onda erosiva que había alcanzado el extremo norte de la playa de Balanegra y empezaba a afectar a la zona del paseo marítimo y que, ya apuntaba el estudio que, en caso de no actuar, la erosión continuaría propagándose a Levante y a largo plazo afectaría a la costa en el tramo Balanegra-Balerma.
Ante esta situación, el estudio proponía tres alternativas que pasaban por una aportación periódico de arena en el tramo La Habana-Balanegra, otra alternativa era la liberación del frente deltaico, que se desaconsejaba porque no tenía un plazo de vida mayor a tres décadas, y otra alternativa, que eran obras de estabilización, también se descartaba por los elevados impactos negativos que ocasionaría a largo plazo en las playas de Balanegra y Balerma.
A estas tres alternativas se sumaban dos más a propuesta del Servicio Provincial de Costas.
Ambas proponían la creación de un campo de espigones, si bien una pasaba por seis espigones de máximo 60 metros de longitud y otra por ocho espigones de máximo 40 metros de longitud. En ambos casos, los últimos espigones a levante, dirección Balerma, irían reduciendo su longitud, para reducir la erosión que se podía producir al final del campo de espigones.
Fue precisamente esta última alternativa la propuesta como la más adecuada por su menor coste económico y porque produciría menor erosión a levante.
Medición topográfica
Sin embargo y sorprendentemente, en el momento de ejecución de las obras, fueron seis los espigones finalmente construidos y en orden creciente hacia levante, en lugar de decreciente como se recomendaba para una menor erosión.
Un hecho que el Club Náutico de Balerma pudo constatar en agosto de 2021 a través de un estudio topográfico encargado a un ingeniero técnico en topografía, colegiado, cuyas mediciones reflejan que el espigón más cercano a Balerma, el que debería ser el de menor tamaño, cuenta con unas dimensiones en superficie de 54,63 metros, mientras que el último espigón, el más cercano a Adra, tiene unas dimensiones de 29,04 metros, lo que supone prácticamente la mitad del primero.
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