
María Escudero, triatleta ejidense
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María Escudero, triatleta ejidense
«Para mí era un premio, el sueño que yo tenía, disputar e intentar finalizar mi primer Ironman»Inmaculada Acién
El Ejido
Miércoles, 11 de octubre 2023
El próximo sábado 14 de octubre la triatleta ejidense María Escudero estará en Kona (Hawai) donde formará parte de esos atletas hechos de otra pasta que competirán por cruzar la meta del Mundial Ironman. Una competición para la que consiguió la clasificación el pasado 16 de julio durante la participación en su primer Ironman, el de Vitoria.
–¿Cuánto tiempo le llevó la preparación de su primer Ironman?
–Pues como vengo de seis o siete años focalizada en la media distancia, que es 1,9 kilómetros nadando, entre 80 y 90 kilómetros de bici, dependiendo del triatlón, y luego una media maratón, ya llevaba una preparación previa. Y siempre miraba un poquito de reojo al Ironman.
Cuando finalmente me decidí fue consensuado con mi entrenador, porque es importante tener a una persona que sepa adaptar tu ritmo de vida al entrenamiento, y que sepa compensarlo y equilibrarlo. Es fundamental tener un balance entre vida personal, profesional y tu vida deportiva, porque al final en muchas ocasiones es un deporte solitario.
–¿Pero cuántos meses focalizada en el Ironman?
–Me inscribí en el Ironman un año antes de que se celebrar. Si el Ironman fue el día 16 de julio de este año, yo me inscribí el 20 de julio del año anterior. Inscrita, con alojamiento y todo planificado. A partir de ahí, empezamos a buscar pruebas a lo largo del calendario, desde septiembre, octubre, y poco a poco fuimos incluyendo las pruebas que a mí me iban a interesar para mejorar un poco más la carrera o en función del entrenamiento previsto para esa semana o para ese mes. Yo he ido a competir domingos, y el día de antes había hecho una barbaridad con la bicicleta, pero formaba parte de la preparación. El objetivo no era un lugar en el podio en esas pruebas, sino el ponerte a prueba para el Ironman. Lógicamente cuesta trabajo, pero me lo he pasado tan bien, que me compensa muchísimo más.
–La fuerza mental es muy importante en este deporte...
–Sí, es cierto que es un deporte que te da fuerza mental. Yo no soy la misma que empecé a preparar esto, y suena tópico, pero es cierto que todos los días no te vas a levantar con ganas de entrenar, y que hay cierto grado de incomprensión por parte de la sociedad en lo que haces, afortunadamente no en mi familia de quien tengo todo el apoyo. Yo me siento más capaz ahora y me hace feliz esto.
Otra cosa que aporta este deporte es la de viajar, conocer otras ciudades, disfrutarlas de otra manera y conocer gente maravillosa. Yo he tenido suerte de ir sola a hacer una prueba y venirme con gente con la que a día de hoy conservo la amistad.
–¿Qué le pasa por la cabeza durante todas esas horas en las que tiene que ir corriendo o con la bici?
–He de decir, y lo comentaba con mi entrenador, que no tuve en todo ese tiempo ni un pensamiento negativo. Para mí era un premio estar ahí, era el sueño que yo tenía, disputar e intentar finalizar mi primer Ironman. Cruzar la línea de meta, ese era mi objetivo. Yo había entrenado, me había preparado para eso e iba a hacer todo lo que estuviera en mi mano, así que fui paso a paso. Primero nadar, pues al agua. He de decir que he trabajado muchísimo en la natación, porque quizás es del segmento que a mí me cuesta más, a la hora de mejorar la técnica incluso, pero me focalicé mucho y conseguimos el tiempo que creíamos que podíamos hacer sin fatigarnos demasiado y afrontar la siguiente parte, que eran 180 kilómetros de bicicleta y luego, posteriormente, la carrera a pie.
Yo no me conocía en una distancia tan larga, tanto tiempo, pero como yo iba disfrutando tanto, con el paisaje, las vistas preciosas, pendiente de mi alimentación, de la hidratación, de ahora tengo qué tomar esto, al final se me pasó relativamente rápido.
Es tal la ilusión, tal el hecho de estar haciendo lo que siempre has querido, que es imposible tener un pensamiento negativo. Además, no tuve ningún problema mecánico, la comida que iba ingiriendo me estaba sentando bien. ¿De qué me iba a quejar? A parte de que el ambiente allí es espectacular. Yo no he escuchado tantas veces mi nombre en una prueba. Te llamaban por tu nombre, te animaban, los voluntarios en los puntos estuvieron espectaculares, no te daba tiempo a pedir agua y ya la tenías... Ese día es el regalo a todo el esfuerzo, y a toda la dedicación, y a todo el tiempo que has pasado entrenando, a tantos kilómetros, tantas horas, tantos madrugones para poder cumplir y luego empezar tu día laboral. Ese día es de disfrute máximo. Yo me lo planteé así, sin mirar el reloj, simplemente en el que llevaba en la consola de la bici, para no pasarme de los vatios, y tirar mucho de cómo me sentía.
–Y al llegar a meta... a tocar la campana.
–Sí, este año había que tocar una campana los que debutábamos (ríe) y escuché aquella frase de 'You are an Ironman' y el vídeo de entrada a meta es que no me canso de mirarlo, es la mejor meta de mi vida. Esa meta de llegar y como llegué, que cuando vi el tiempo me puse a dar saltos. No he tenido ni una molestia muscular, apenas unas leves agujetas, ese sentimiento de acabar y acabar bien, y pensar en el siguiente. La primera llamada que hice fue a mi padre y le dije, 'papá, he encontrado mi distancia. Esta es la que más me gusta de todas'.
–¿Quiénes se clasifican para el Mundial?
–Reparten slot por grupos de edad en función de la clasificación y eso se sabe en la ceremonia de entrega de premios. Cuando me nombraron, empezaron a grabarme con el móvil, dije que aceptaba porque tienes que decidirlo en ese mismo momento. Es algo que no me había planteado antes de la prueba. Mi objetivo era intentar acabar mi primer Ironman, mostrar todo lo que había entrenado de mi preparación y disfrutar de la experiencia. Lo que no sabía es que me iba a encantar, que iba a hacer otro Ironman este año, en tres meses y encima que iba a ser Kona, porque mi idea era hacer otro el año próximo.
–¿Y cómo ha sido la preparación?
–Estuvimos dos semanas con poca carga y poco a poco hemos ido subiendo la carga de entrenamiento y la intensidad. Intentamos mantener lo que se ha trabajado este año, habiéndole dado el descanso necesario al cuerpo.
–Su mayor manía.
–No estreno nada el día de la competición. En ninguna prueba que haga estreno nada, pero porque no quiero arriesgarme a que unas zapatillas me puedan ocasionar algún problema y ya entro en temas superstición y no estreno ni una goma del pelo. Soy supersticiosa, lo reconozco. Jamás me hago una foto cuando veo la meta, la miro de reojo y nunca estreno. Me compré una visera en el Ironman y la guardé en el hotel sin quitarle ni la etiqueta. Una vez que llegué a la meta ya sí me compré una camiseta y una sudadera porque además en la sudadera por detrás aparecen los nombres de todos los que hemos participado en esa prueba.
–Un deseo para Hawai.
–Ojalá en Hawai tenga las mismas sensaciones que tuve en Vitoria y me sienta así de fuerte, ilusionada, que lo disfrute tanto, ojalá cruce la meta, no tengo garantías de cruzarla. Voy a trabajar mucho para conseguirlo pero no hay garantías. Yo compito contra mí misma. Demostrarte a ti de lo que eres capaz.
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