El largo letargo de las empresas culturales

Las empresas de animación y culturales fueron de las primeras afectadas por esta crisis sanitaria, social y económica, de la que aún no han sido capaces de salir

Inmaculada Acién

El Ejido

Domingo, 1 de noviembre 2020, 00:47

Hace mucho, en realidad desde el principio, la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 se convirtió en una crisis social y económica, porque son muchas las empresas que se han visto afectadas, mermando su actividad, hasta el límite de paralizarla por momentos. Entre las empresas más afectadas están sin lugar a dudas las empresas de animación, ocio y culturales. Fueron de las primeras en paralizarse y la realidad es que a día de hoy, en el municipio de El Ejido continúan prácticamente paralizadas.

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Juanjo Lozano, copropietario de Alejú Servicios Culturales, señala que precisamente ese ha sido el handicap al que se han enfrentado, «que fuimos los primeros en encerrarnos y hemos sido los últimos en incorporarnos a esa vida laboral nueva que tuvimos en los meses de julio y agosto». Derivado de ello las grandes pérdidas económicas que han sufrido. «Teníamos un Festival de Teatro que no se realizó, una Muestra de Teatro que no se realizó, pero ya no solo en El Ejido, la Muestra de Vícar tampoco se realizó. Estábamos previos a esos días en los que se nos comunicaba que se nos iba a encerrar, pero el gasto ya estaba hecho porque cuando tú te pones a preparar una representación o función, no esperas a la semana de antes para tener el vestuario listo, el decorado».

Además, como reconoce Lozano «también teníamos una campaña escolar terminando, con todas las fiestas fin de curso con las representaciones. De hecho, estrenábamos un musical sobre la Bella Durmiente que teníamos cerrado para un montón de coles y que también fueron pérdidas. Obras de teatro que tenemos guardadas en un cajón y que esperamos poder recuperar algún día».

Pero si dura fue la primera ola de la Covid-19 que generó mucha incertidumbre «esta segunda ola, tras cortar en julio, nos ha pasado factura emocionalmente porque nos confiamos en que podíamos seguir trabajando, recobrar tímidamente y poco a poco nuestra normalidad, y no fue así», afirma Juanjo Lozano.

De hecho, de verse activos todas las tardes con los talleres y las clases en Vícar y El Ejido, con ensayos y la campaña de Navidad a la vuelta de la esquina, ahora vuelve la incertidumbre. «El tiempo va pasando y ves que no vas a tener ni talleres, ni campaña de Navidad, que hay casas que mantener, que tienes que comer todos los días y que no tienes ingresos. Esta segunda parte para nosotros está siendo un poco dura, pero prometimos al principio de todo esto que no nos íbamos a quejar, aunque a veces se te hace duro el día a día», reconoce Lozano.

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Frente a esta situación, Alejú Servicios Culturales también se ha lanzando a hacer actividades en la red. «Estamos haciendo muchas clases online, pero una obra de teatro online, para mi especialmente no es santo de mi devoción, porque el teatro es un tú a tú, algo que hay que vivir en directo por las emociones. Pero no queda otra que adaptarnos a las nuevas tecnologías y ofrecer teatro a través de Zoom, las clases a través de Zoom, pero también seguimos teniendo la confianza de que esta campaña de Navidad vamos a trabajar un poco», afirma.

En su caso los Ayuntamientos y organismos públicos con los que habitualmente trabajan les están echando una mano, «contratando cositas pequeñitas, por lo que en cierto modo nos sentimos respaldados y no nos sentimos tan solos, pero seguimos empeñados en demostrar que la cultura es segura». Una cultura que en El Ejido lleva muchos meses dormida y precisamente dormir es lo que se plantean hacer con su empresa si siguen teniendo pérdidas.

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«Ahora mismo lo único que estamos haciendo son los talleres municipales de Vícar que sí decidió realizarlos con todas las medidas de seguridad, con un grupo más reducido y en un espacio más amplio, y seguimos con actividades de animación. En cuanto a teatro, dos colegios de El Ejido y Almería han confiado en nosotros para llevarles una obra de teatro coeducativo, cuando al principio eran un poco reacios a abrirnos las puertas, cosa comprensible por otro lado, pero también es una apuesta por la cultura», indica Lozano.

Por todo ello, desde su empresa pediría «que se pensaran las cosas y se fueran retomando las cosas que teníamos, en formatos más pequeños y con las medidas necesarias. Necesitamos despertar aunque sea tímidamente de nuevo, porque tenemos claro que vamos a aguantar mientras podamos, pero comer hay que comer todos los días».

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