Diversión, esfuerzo y solidaridad sobre la arena

Cientos de personas charlando animadamente y calentando para participar en una competición que prometía hacer pasar una mañana entretenida, con pruebas muy divertidas, no exentas de esfuerzo, que cumplieron con las expectativas y dejaron imágenes que quedarán en el recuerdo de todos los participantes.

La I Ruta 091 Anfibia por Tierra y Mar de la Policía Nacional de El Ejido, con la colaboración y la implicación del Ayuntamiento de El Ejido, a través del Instituto Municipal de Deportes, la Diputación Provincial de Almería y numerosas empresas del municipio, contó con más de 300 participantes, en un día en el que tiempo acompañó con un cielo encapotado que liberaba del sol estival y un ligero viento refrescante, donde imperó un gran ambiente.

Un evento que, más allá de lo deportivo, se convirtió en una verdadera jornada de encuentro entre la policía, la ciudadanía y el resto de las instituciones que prestan servicio en El Ejido.

Y por encima de todo ello, la solidaridad, ya que el fin último de esta prueba era recaudar fondos para ayudar a mejorar la calidad de vida de dos niñas ejidenses con Síndrome de Rett, Nerea y Alma.

El objetivo que se marcó la organización desde el inicio era conseguir una recaudación de 14.000 euros, la mitad para cada familia, con el objetivo de poder costear el tratamiento de logopedia y fisioterapia que ambas menores necesitan de manera continua y que supone un desembolso de 7.000 euros para sus familias anualmente.

Un objetivo que incluso una semana antes del desarrollo de la prueba ya se había logrado, gracias a la generosidad y solidaridad de muchas empresas del municipio, tanto grandes como pequeñas, y a las inscripciones que superaron las previsiones iniciales.

A las nueve de la mañana comenzaron a tomar la salida delante del campo de rugby los participantes. Primero en categoría individual, con César Mantero, secretario general de la Policía Nacional de El Ejido y promotor de la iniciativa, como el primero en aventurarse en el recorrido.

Posteriormente siguieron las categorías de parejas, grupos y finalmente familias, también muy numerosas, puesto que esta prueba permitía compartir la diversión entre pequeños y padres.

El recorrido, de 4.500 metros con un circuito que comenzaba y finalizaba delante del campo de rugby, y al que había que dar dos vueltas, contó con obstáculos y pruebas tanto por tierra como dentro del agua.

Así, los participantes tuvieron que tirarse a la tierra para reptar bajo redes, saltar neumáticos, o saltar sobre pelotas semi enterradas en la arena, sortear obstáculos, entrar en el agua, atravesar un tubo o hacer brazos en la zona de calistenia, para terminar rebozados primero en agua y luego en serrín. Una mañana de deporte y risas que finalizó con una gran paella final para todos los participantes.

Además, durante la mañana también los asistentes pudieron disfrutar con una exhibición de vehículos de la Policía Nacional, que atrajo sobre todo a los más pequeños que, por un ratito, se sintieron también parte de la Policía Nacional.