«Me daba vergüenza haber tenido un negocio y ahora buscar trabajo»

Entrevista a Paqui Fernández, usuaria del servicio de intermediación laboral de Cruz ROja en El Ejido ·

La crisis económica de 2008 provocó que esta ejidense de adopción tuviera que terminar cerrando su negocio de ferretería en 2011

Inmaculada Acién

El Ejido

Domingo, 16 de mayo 2021, 00:05

No es sencillo haber sido toda la vida empresaria y con 49 años perder tu empresa y tener que afrontar la búsqueda de un empleo. ... Este fue el caso de Paqui Fernández. Ella decidió acudir a Cruz Roja, donde le ayudaron desde el principio a encontrar nuevas vías profesionales,

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–¿Siempre ha sido empresaria?

–Siempre. Yo estudié Magisterio, pero nunca llegué a ejercer. Era maestra de vocación, pero al casarme, mi sueño lo dejé a un lado. En mis tiempos cuando estudiabas una diplomatura de Magisterio de Ciencias de la Educación, podías hacer un curso de adaptación de Psicología o Pedagogía. Yo hice el curso de adaptación y me faltaba 4 o 5 asignaturas para acabar Psicología, pero me enamoré y dejé todo lo que yo pensaba, que era acabar y estudiar mis oposiciones. Lo dejé todo hacer realidad el sueño del entonces mi marido. Él era ferretero y quería venirse aquí y yo lo dejé todo por él. Una decisión que tomé porque estaba enamorada. Me casé y me vine desde Guadix a El Ejido, para iniciar aquí su sueño, que era montar una Ferretería. Hace 35 años que me vine, así que ya me considero ejidense.

–¿Qué le lleva a cerrar el negocio?

–La crisis económica de 2008. Nos afectó mucho. Conseguimos aguantar hasta 2011, pero después de eso me tuve que dar de baja como autónoma. De 2011 a 2014 estuve en casa, formándome. Hice un certificado de profesionalidad de Gestión de Ventas a través del SEPE. Fue en 2014 cuando decidí empezar a buscar trabajo seriamente.

–¿Con qué dificultades se encontró en la búsqueda de trabajo?

–La primera y más clara es que no sabía por donde empezar porque nunca había buscado trabajo. Me encontraba perdida en un mundo que yo no conocía. Empecé acudiendo a la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento de El Ejido y también decidí acudir a Cruz Roja. En Cruz Roja conocí a Rocío, que era la psicóloga y han sido quienes me han ayudado. De hecho, yo no sabía ni hacer un currículo, ni cómo afrontar una entrevista de trabajo. Fue por donde comencé con la ayuda de ellos. Poco a poco, me fueron dando herramientas para que pudiera buscar trabajo y, además, me fui metiendo también en cursos que había. En 2016 me apunté a la Lanzadera de Empleo en la que estuve nueve meses.

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–¿Qué sensación tuvo cuando comenzó a buscar trabajo?

–Me daba mucha vergüenza haber tenido un negocio y ahora tener que pedir trabajo. Para mí eso era un hándicap importante. Habíamos tenido dos tiendas, una en El Ejido y otra en Balerma. Y de tener dos tiendas, pasé a verme sólo con una y ni siquiera poder mantenerme. Vivíamos bien y yo era la dueña de mi negocio. Ahora, tener que pedir trabajo me costaba mucho, porque además me cuesta mucho pedir ayuda.

–¿Cuánto tiempo tardó en encontrar trabajo?

–En 2017 empecé a trabajar en Herrajes del Poniente.

–Encontró, por tanto, trabajo en lo suyo.

–Sí, yo buscaba trabajo relacionado con ferretería porque es lo que estaba especializada, de lo que más sabía. Pero empecé a trabajar allí gracias a mi hija.

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–¿Por qué gracias a su hija?

–Herrajes del Poniente pedía dependiente, pero a mi me daba mucha vergüenza ir a pedir trabajo porque cuando tenía mi negocio, era mi competencia. Fue mi hija la que echó mi currículo sin yo saberlo. Me llamaron y me contrataron.

–¿Aún le da vergüenza pedir trabajo?

–No, ya no me da vergüenza.

–¿Sigue trabajando en Herrajes del Poniente?

–No, a raíz de la crisis de la covid-19, me echaron el 25 de marzo de 2020. Me vine abajo, pero me levanté, volví a echar currículos y me contrataron en otra ferretería.

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–Pero llegó la segunda ola de la covid...

–Sí, llegó la segunda ola y en noviembre me volvieron a echar. Ahí hinqué el pico. Lo pasé muy mal. No me podía levantar, me pasaba todo el día llorando. Noviembre y diciembre fueron meses horribles para mi.

–Imagino que una de las cosas que pensaba sería la dificultad para encontrar trabajo con 59 años.

–No es que lo pensaba. Es que me lo han dicho. He ido a entrevistas en las que me han preguntado la edad y cuando lo han visto en el currículo la respuesta ha sido que no, que tan mayor no iban a contratarme, que contrataban hasta los 45 años. Yo tendré una edad, pero la experiencia es un grado. En Bricomart ya me han dicho que tengo un currículo excepcional pero que por la edad no me pueden meter. En Leroy Merlyn tampoco. A mí con 59 años y 60 que cumplo en septiembre ya no me van a contratar en ese sector, soy consciente de que tengo que olvidarme de eso ya. Y tenía que buscar otras alternativas.

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–Entonces decidió volver a Cruz Roja.

–Sí. En Cruz Roja siempre he encontrado gente que me ha escuchado y herramientas para poder seguir adelante y eso es muy importante. Volví a Cruz Roja y conocí a Diego Serrano. Él se fijó en que era maestra y me propuso probar en las aulas matinales de los colegios. Yo pensaba que no me iban a coger y menos con mi edad, pero me han contratado en San Agustín y, para complementar, estoy dando clases particulares. Buscándome la vida (cuenta entre risas).

–¿Alguna vez pensó que terminaría ejerciendo aquello para lo que estudió?

–Estudié Magisterio por vocación, pero cuando lo dejé nunca más volví a pensar en ello. Quizás nunca hubiera pensado en mi profesión como aquello que estudié si Diego no me hubiera dado la idea.

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–¿Y ahora cómo se siente?

–Al principio me daba un poco de miedo, pero cuando entré en el Aula Matinal, empecé a trabajar con los niños de tres, cuatro y cinco años, y me lo paso pipa. A finales de febrero decidí empezar a dar clases particulares y colgué carteles. Ya tengo tres alumnos. Creo que esto tiene que ir fluyendo. También me he apuntado a un curso de inglés de A1 a través del SEPE, para ir preparándome. Sé que tengo que estar bien y moviéndome, porque el caso es no pararte. Además, espero que el año que viene cuando empiece el curso pueda también entrar en Comedor, además del Aula Matinal.

–¿Qué significa Cruz Roja para ti?

–Cuando cruzo la puerta de Cruz Roja es como si estuviera entrando en mi casa. La ayuda que me han dado me ha conducido a que cada vez que me han despedido haya venido aquí. A Rocío y Diego les he llorado lo que no está escrito, porque cuando me hundo no puedo respirar. Pero ellos no te dejan caer, están todo el tiempo animándote. Y eso es muy importante.

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