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Inmaculada Acién
El Ejido
Domingo, 14 de febrero 2021, 00:30
Quedan pocas semanas para que se cumplan un año de aquel momento en que Gobierno Central decretó el Estado de Alarma y toda actividad declarada ... no esencial se cerraba. Y lo más importante comenzaba el miedo al contagio de lo que al principio nos sonaba tan raro y que ahora ha pasado a estar entre las palabras que más escuchamos si no pronunciamos a lo largo del día, coronavirus o covid-19, y comenzamos a seguir diariamente cómo se comportaban las curvas de contagio. Pero mientras subían las curvas de contagio, otras curvas también comenzaban a evidenciarse en muchos. Esas otras curvas que nos ha dejado la covid-19 en nuestros cuerpos y que muchos comienzan a afanarse desde hace unas semanas o unos meses por volver también a controlar.
Los motivos son variados, pero entre ellos destaca el sendentarismo provocado por todas esas horas o días encerrados en casa y sobre todo el consumo de alcohol, que ha crecido en el seno de los hogares durante este tiempo, y ese denominado picoteo cuando no tienes otra cosa que hacer que surge por aburrimiento, estrés o incluso por ansiedad. Una ansiedad que como señalan los expertos también ha incrementado los asaltos nocturnos a la nevera.
Estas son algunas de las claves a las que apunta Sonia Giménez Gómez, diplomada en Enfermería y en Nutrición Humana y Dietética, quien en las últimas semanas tiene la agenda completa de citas, con cifras de primavera. Una agenda que no ha disminuido ni debido a los confinamientos perimetrales, puesto que se suple con servicio online. «Yo elaboro los menús con mis pacientes, contando con los alimentos que le gustan y lo que tiene en casa, porque de qué sirve que te haga un menú muy bueno para adelgazar si luego no lo vas a cumplir porque no te gusta», señala Sonia Giménez, de Nutricenter.
Sobre sus pacientes, Giménez indica que «muchos cuentan que se mantuvieron bien hasta el verano porque los primeros meses de pandemia hacían deporte en casa y mantenían una rutina. Pero en verano, cuando se permitió la movilidad se rompió esa rutina y desde finales de verano, y especialmente con la Navidad, se ha generado un incremento de peso, con una media que en el caso de nuestros pacientes puede situarse entre los 8 y los 13 kilos en un plazo de seis meses».
De hecho y en relación al atracón nocturno, Giménez indica que el crecimiento se debe a que en muchas ocasiones nos convertimos en consumidores emocionales. «En Instagram colgaba yo una encuesta en la que preguntaba a la gente si se consideraba consumidor real o consumidor emocional y el 82% de los que contestaron reconocieron que eran consumidores emocionales», destaca esta profesional.
El aumento de peso tiene un doble efecto sobre las personas. Por un lado, un aumento de peso puede afectar también al ánimo de la persona si no se encuentra cómodo con su cuerpo, pero además, en plena pandemia provocada por la covid-19, el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo especialmente.
El control del peso se convierte en un punto a favor para evitar el contagio, pero también el contar con un sistema inmune fuerte. En ello, la alimentación juega un papel fundamental.
«Muchas personas vienen también buscando mejorar su alimentación para mejorar así su sistema inmunitario. De hecho, los padres que vienen piden un menú que puedan hacer en familia», apunta Sonia Giménez. En relación a una mejora del sistema inmune, Giménez también ha visto incremertarse los casos en los que han acudido a su consulta pacientes polimedicados o con cáncer, ya que también es nutricionista clínica y experta en nutrición oncológica.
En el Caso de Almudena Padilla, técnico en Dietética y Nutrición, las personas que llegaron a su consulta tras el primer confinamiento, en los meses de mayo y junio, el incremento de peso se situó de media entre los dos y los seis kilos. Sin embargo, en las últimas semanas el número de consultas se ha incrementado, sobre todo citas online, y entre aquellas personas que no han acudido desde antes del confinamiento el incremento de peso llega a ser notable con casos que superan los 12 kilos de ganancia en un año.
Pautas de mejora
Entre las pautas que pueden ayudar a mejorar la alimentación y también el sistema inmune, provocando un mejor bienestar, Sonia Giménez apunta a que es fundamental mantener unas pautas fijas. «Es importante hacer al menos cuatro horas de ejercicio semanal, incluir ejercicios de relajación y meditación para mejorar el sueño, cuidar mucho la alimentación, evitar el picoteo y el alcohol, tener un control horario en la alimentación y cuidar mucho la ingesta de vitamina D porque hay mucha carencia sobre todo ahora mismo».
Por su parte Almudena Padilla apunta la importancia de «hacer una lista de la compra previa y cerrada, mejorar la higiene de sueño y variar mucho la alimentación, organizando las comidas en función también de lo que hay en casa y el aporte de determinados micronutrientes».
Deporte
Precisamente la práctica deportiva es otro de los factores que ayuda al control del peso y a tener un sistema inmune fuerte. Sin embargo, los gimnasios están considerados como lugares de ocio y no de primera necesidad, lo que ha limitado su horario como el del resto de establecimientos en algunos casos hasta las seis de la tarde como en El Ejido o en el caso de municipios en Grado 4 Nivel 2 a cerrar como todos los establecimientos no esenciales. Esto dificulta la práctica deportiva para muchas personas.
«Si el deporte es salud porqué los gimnasios cierra a las 18 horas y un estanco se considera servicio prioritario», se pregunta Rubén Fernández, monitor deportivo de Élite Fitness. Y es que quienes acuden al gimnasio lo hacen ahora tanto por salud física como también por salud mental, ya que el practicar deporte también ayuda a desconectar del día a día y tomarse un respiro. «El gimnasio se convierte en una válvula de escape de la realidad».
Rubén Ibáñez, gerente Centro Deportivo Nexa Fit, señala que los clientes se han reducido a la mitad, «la gente que está haciendo deporte en estos meses te lo dicen claramente, ya no vienen tanto por el físico como por el desgaste mental, mientras que entre los clientes que están comenzando a volver poco a poco tras siete u ocho meses sin venir, lo hacen con un ligero exceso de peso de entre 4 y 5 kilos, porque no se han movido tanto».
Sin embargo, este horario reducido hasta las 18 horas por ser sector no esencial está pasando factura. Sobre el 45% de nuestros clientes vienen a partir de las 18 horas y aunque algunos están readaptando sus horarios si su vida se lo permite, otros no pueden», indica Ibáñez, quien añade que los centros deportivos «deberían estar considerados como servicio esencial, no solo para salud física, sino también mental».
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