Secciones
Servicios
Destacamos
Inmaculada Acién
El Ejido
Sábado, 3 de agosto 2024, 22:49
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Los nervios se van incrementando con cada día que pasa, también las ganas de comenzar esa gran aventura con la que soñaban desde que eran pequeños. Tampoco es que ahora sean mayores, puesto que aún no han llegado a la mayoría de edad, pero Carolina Lirola, Eduardo Guillén, Cristina Alarcón, Francisco Fernández y María Mai Martín saben que el viaje que emprenderán este mes de agosto, tan solo dentro de unos días algunos de ellos, no solo lo recordarán de por vida, sino que posiblemente les marque en su manera de ver el mundo, de relacionarse con él y de afrontar el futuro. Estos cinco jóvenes almerienses junto a otros dos más han logrado una de las 400 becas que la Fundación de Amancio Ortega entrega cada año para estudiar y vivir durante un curso académico en EEUU o Canadá.
De hecho, dentro de Andalucía, Almería es una de las provincias que más becas ha logrado, teniendo en cuenta que de las 400, un total de 70 son directamente para estudiantes gallegos.
El mérito por haberla conseguido es muy grande si se tiene en cuenta que es una beca que en la convocatoria de 2023-2024 congregó a más de 13.000 aspirantes. La mayoría se quedaron fuera ya en la primera fase, en el mes de septiembre, que fue cuando se inició el proceso, con una primera valoración en la que influía la nota media y el nivel de renta familiar, con una nota de corte que se quedó en el 9,871.
«En la primera prueba pasamos solo 2.400 y 800 llegamos a la última fase», recuerda Eduardo Guillén.
La segunda fase la primera semana de noviembre, fue la prueba escrita de inglés, donde se evaluaban las cuatro competencias. La oral fue por vídeo llamada. «Cuentan muchísimo las décimas, porque hubo gente que en la segunda prueba se quedó fuera por 0,01 décimas», señala Cristina Alarcón.
Pero si la segunda fase parecía la más complicada, la realidad es que la que a estos jóvenes les resultó más complicada y donde se jugaban el todo por el todo fue la entrevista personal, que debía ir acompañada de una carta de recomendación.
El 21 de diciembre, como un regalo adelantado de Papá Noel, llegó la noticia de quiénes se marcharían este próximo curso 24-25 a estudiar fuera.
«Me hicieron ponerme en la situación de estar en el aeropuerto, perder el vuelo y quedarme sola, para preguntarme que ante eso qué haría», explica María Mai Martín, quien señala que con esta entrevista «buscan detectar que sabes afrontar problemas y buscar soluciones. Que tengas ya una madurez suficiente para afrontar un año solo».
Para Eduardo Guillén esta última fase es la demostrar que tienes «el perfil del becado, que estés abierto a todo, que tengas muchas ganas y sepas afrontar problemas. Tuvimos también que hacer un vídeo de máximo tres minutos presentándonos y respondiendo unas preguntas. Eran preguntas muy psicológicas», recuerda, y también muy curiosas. Entre ellas algunas como «qué superhéroe me gustaba menos o qué súper poder querría tener».
Al igual que los nervios y la emoción son ahora muy altos, también las expectativas que depositan en esta beca. «Espero que esta experiencia me aporte muchas cosas, principalmente el hecho de ser independiente. Allí estaremos con una familia, pero vamos a tener una vida totalmente diferente, Te vas a otro continente y las familias con las que vamos solo tienen la obligación de darte la comida y darte alojamiento, y llevarte al colegio», reflexiona Eduardo Guillén. En su caso, le encanta EE UU, viajar y deseaba estudiar fuera. «Veía los vídeos que colgaba la gente y me daban mucha envidia. Desde primero de la ESO tenía claro que iba a optar a esta beca», afirma.
Francisco Fernández también lo tuvo claro desde que la conoció. «Buscando becas di con esta y me enamoré. Me ofrecieron otras, pero yo quería esta y fue la única que solicité», asevera.
«Yo desde pequeñita tenía claro que quería estudiar allí, lo veía en las pelis y me encantaba», confiesa Cristina Alarcón. Una sueño que comparte con María Mai Martín y que ahora van a hacer realidad.
«Desde el principio vamos a vivir una montaña rusa de emociones»
Durante los nueve o diez meses que dura esta beca no pueden volver en ningún momento a España ni sus familiares o amigos pueden ir a verlos allí. Es una de las condiciones que se marcan y que pueden convertirse en motivo para perder la beca.
Entre 5.500, que es la distancia que separa España de Vermont, donde se marcha María Mai Martín, y 8.200 kilómetros de distancia, que es a la que se sitúa Kelowa, la ciudad de Canadá a la que se marcha Carolina Lirola, estarán los cinco repartidos. Por eso son conscientes y así se lo han dicho que «desde el principio vamos a vivir una montaña rusa de emociones», subraya María Mai Martín.
Pero no es eso lo que les preocupa sino otros aspectos como no encajar en su lugar de destino, quedarse aislados, no poder socializar con la gente o no aprovechar la experiencia. «La familia me preocupaba mucho, el que no te lleves bien, que no encajes, la relación con ellos porque vas a estar un año conviviendo», señala Cristina Alarcón. A finales de julio ya conoció a su familia de acogida por vídeo llamada, lo que ha dejado mucho más tranquila. Carolina Lirola y María Mai Martín también conocen ya con quién vivirán. Sin embargo, tanto Francisco Fernández, como Eduardo Guillén, aún no han recibido asignación, por lo que los nervios van en aumento.Aún así saben que ya tienen que tener lista la maleta porque una vez los llamen pueden tener que coger el avión en apenas dos días.
Otro de los mensajes que les han transmitido desde la organización es que no importan tanto las notas como aprovechar la experiencia. «Centraros en aprender y vivir la experiencia al máximo», un mensaje que dice Carolina Lirola que va a tener muy presente todo el curso. De hecho, junto a las asignaturas troncales, ella ya ha elegido como optativas una asignatura de literatura creativa, escultura y modelaje, arte y cocina.
«Nos han contado también que hay muchísimos clubes, porque allí tu vida social se centra alrededor del instituto», señala María Mai Martín.
Para ellos, como lo define Eduardo Guillén es «el sueño americano».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
¿Qué pensión pueden cobrar las amas de casa y cuánto dinero?
Las Provincias
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.