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Inmaculada Acién
El Ejido
Sábado, 23 de mayo 2020, 23:55
Todos recordarán y a todos dejará huella de una manera u otra esta crisis sanitaria que se está viviendo actualmente, pero para los residentes que están finalizando su formación en los hospitales españoles se trata de una experiencia que recordarán especialmente, ya que se trata de una experiencia no solo personal sino profesional que ninguno esperaba llegar a vivir en su formación y que les ha hecho vivir de manera intensa lo que verdaderamente significa ser un profesional sanitario y volver a sentir esas sensaciones o motivaciones que les llevaron a estudiar una carrera sanitaria.
Actualmente son alrededor de 60 los residentes que están completando su formación sanitaria en el Hospital de Poniente y 15 de ellos además han terminado su residencia en plena crisis sanitaria. De hecho, durante la pasada semana, el Salón de Actos del Hospital de Poniente acogió un acto de despedida y reconocimiento a esos 15 Especialistas Internos Residentes (ERI). «Una despedida sin despedida», como bien señala Carmen Prieto, que completa hoy su residencia de Matrona, ya que no pudieron abrazarse en esa despedida de compañeros y, como destacan, «esa familia en la que se ha convertido el Hospital de Poniente», pero habrá tiempo para ello más adelante.
«Ha sido una recta final de mucha incertidumbre», reconoce Carmen Prieto, no solo por tratarse de una situación inesperada de una gran magnitud, sino por los nuevos protocolos que hubo que diseñar y aplicar de manera urgente, todos los cambios que implicó en poco tiempo, pero también a nivel de formación, ya que hasta el último momento no sabían si finalizarían su residencia en mayo o tendrían que esperar tres meses más.
A ello se sumó la tensión y la ansiedad en las primeras semanas por las noticias que llegaban de Madrid. «Poco a poco, sin embargo, todo se fue tranquilizando y ha habido buenos momentos gracias al cariño de los pacientes», explica Carmen, quien añade que «en vez de bombones nos traían mascarillas y te das cuenta cómo los pacientes intentan también cuidarte. Para mí va a ser una de las cosas que más va a marcar mi residencia y formados estamos, desde luego, por si hay un repunte».
Y es que pese a que todos los residentes han estado en servicios denominados como zonas seguras, sin exposición a espacios donde se trabajaba con pacientes con Coronavirus el miedo o la incertidumbre siempre está presente cuando se convive tan de cerca con algo invisible a la vista como es esta enfermedad. «Hemos tenido mucha ansiedad por nuestras familias. Yo vivo con mi padre y mi miedo era que pudiera llevarlo a casa», reconoce Carmen.
Sin embrgo, Carmen mira el lado positivo de esta situación. «Yo creo que he tenido suerte de vivirla como residente porque nos ha permitido trabajar en diferentes ámbitos y ver cómo se protegen y actúan unos y otros, por lo que hemos tenido una visión más global, además de que nos ha enseñado a valorar lo que pierdes y tener que buscar fórmulas para superarlo».
En este sentido, la cercanía con las futuras mamás es mucha en un paritorio y ahora esa cercanía se distanciaba hasta el punto de tener que hablar desde detrás de una mascarilla y una pantalla.
«Creo que como profesional esta experiencia supone mucho crecimiento porque como se mejora más es con situaciones excepcionales», afirma Carmen.
Por otra parte, Miguel Martínez finalizó el jueves su residencia en Traumatología tras cinco años y se ha convertido en el primer residente de Cirugía Ortopédica y Traumatología que completa la especialidad en el Hospital de Poniente.
«He estudiado en Valencia y hablo con compañeros que están en otros hospitales y tengo que decir que a comparación, la adaptación que se ha hecho de todos los servicios en el Hospital de Poniente ha sido muy buena, porque se adelantó a todos los acontecimientos».
En su caso, la irrupción del coronavirus le ha privado de dos últimos meses de residencia en los que habría tenido que enfrentarse a muchas cirugías, ya que como reconoce Miguel los últimos años es cuando más cirugías hacen los residentes y ante esta crisis sanitaria se decidió suspender todas las cirugías programadas y dejar solo las urgentes.
Sin embargo, eso no ha impedido que tan solo un día después de terminar su residencia firmara y comenzar a trabajar como especialista en el propio Hospital de Poniente. «Soy de Benidorm y tenía oferta de trabajo para volver allí pero cuando me ofrecieron quedarme no lo dudé porque es un hospital muy familiar donde nos conocemos todos y estoy muy a gusto».
En esta línea y como explica María José Gimeno, Jefa de Estudios, «más del 75% de los residentes que terminan y lo desean, se quedan en el Hospital de Poniente trabajando».
Gimeno destaca que los residentes «han sido un pilar fundamental en distintas unidades y gracias a ellos se ha reforzado la unidad de Urgencias en la vía limpia, para que los médicos de Urgencias pudieran afrontar la parte de Covid-19. El desdoblamiento en muchas unidades se ha podido llevar a cabo gracias a ellos, siempre codo con codo con sus adjuntos», al tiempo que hace hincapié en que «en muchos momentos esta experiencia les ha enriquecido profesionalmente y personalmente».
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