«Hoy me tenía que casar y bautizar a mi hijo, pero la Covid-19 lo ha evitado»

Sonia Cano y Rafael Fernández llevan 20 años viviendo juntos y tienen un niño de 8 años, Juan Antonio. En todo este tiempo no se habían planteado el casarse. Cuando finalmente lo decidieron, la crisis sanitaria por el coronavirus lo ha evitado, de momento.

–¿Qué hace que después de 20 años decidieran dar este paso?

–Lo cierto es que no nos lo habíamos planteado, pero este año mi hijo tenía que hacer la comunión y como no está bautizado, teníamos que bautizarlo antes. Los amigos no paraban de decirnos que porqué no nos casábamos y no les hacíamos mucho caso. Pero, un día, de pronto, Rafael me lo propuso y no nos lo pensamos mucho. Al día siguiente fuimos a la iglesia, nos dijeron los papeles que teníamos que llevar, los llevamos y buscamos fecha. Fue dicho y hecho.

–¿Se puede decir que el niño les está cambiando?

–Se puede decir que sí. Es verdad que a mí particularmente ir a la iglesia no me gustaba tanto, pero sí las procesiones. Al padre no le gusta nada. Sin embargo, ahora vamos a las procesiones porque al niño le gustan. Ha salido totalmente diferente a nosotros, es pasión lo que tiene por la religión y le encanta todo l o que tenga que ver con ella como ir a misa o las procesiones de Semana Santa.

–¿Y por qué hoy 2 de mayo?

–Queríamos celebrar en un mismo acto el matrimonio y el bautizo de nuestro hijo por lo que tenía que ser antes de su comunión, que estaba prevista para el 26 de mayo.

–¿Y ahora?

–Pues ahora toca esperar. La crisis sanitaria por el coronavirus lo ha anulado todo. Aún no sabemos cuándo podrá ser, pero está claro que irá en función de cuando Juan Antonio pueda hacer la comunión. El cura no ha dicho aún nada oficial sobre las comuniones porque dice que hasta que no se vaya viendo cómo evoluciona la situación no se pueden tomar decisiones, pero hay rumores de que podrían ser desde septiembre hasta el 14 de noviembre.

–Pero la noto muy tranquila

–Lo teníamos todo planeado y cerrado, desde los trajes, que ya estaban listos, las invitaciones, me estaba ya haciendo tratamientos estéticos y había empezado con las pruebas de peinado. Pero no me pongo nerviosa. Si he esperado 20 años para casarme ahora no me va de tener que esperar unos meses más. La situación ha venido de esta forma y tenemos que aceptarlo.

–¿Y no le preocupan los trajes?

–Los nuestros no porque lo único que puede suceder es que antes de la boda haya que meterles o sacarles un poquito. En cuanto al niño, es verdad que puede haber más complicaciones. Le hice el arreglo del traje justo una semana antes del confinamiento y en el caso de los niños, si crecen o engordan, el traje se quedará pequeño y habrá que comprar otro. No obstante, yo espero no tener problema con el traje de mi hijo porque es un niño muy delgado, que no suele engordar, como mucho crecerá un poco y, sacarle de manga y pierna, se puede sacar un poco; pero un niño que engorde o crezca mucho lo tiene complicado. Con los zapatos hay el mismo problema. Si le crece el pie tendremos que comprar zapatos nuevos. Todo ello es cierto que puede suponer un gasto nuevo para algunos padres.

–¿Y el viaje de novios?

–En nuestro caso no teníamos previsto viaje de novios. Solo teníamos pensado irnos un fin de semana los dos solos y luego unas vacaciones los tres juntos, pero como somos de no planear, sino de decidir sobre la marcha, no teníamos nada reservado. Una semana antes como mucho es cuando decidimos.

–¿Hizo despedida?

–Sí, mis amigas me la prepararon el 8 de marzo, pero no me importaría hacer otra cuando vuelva a tener fecha, si me la organizan las amigas (dice entre risas).

–¿Cómo tenía planeada la celebración?

–Me gustan las bodas de antes. Lo que tenemos pensado hacer para la boda es celebrarlo en casa. Tenemos un gran almacén y pensamos poner mesas largas donde podamos estar todos juntos. Además, vamos a preparar nosotros mismos la comida para los 80 invitados que tenemos previsto tener y ya tenemos el menú decidido. Primero un aperitivo con ensaladas, langostinos cocidos, empanada, saladitos, patatas fritas, aceitunas, almendras, tortillas, ensaladilla rusa, embutidos ibéricos. Luego ya carne (pailas de carne) el día de antes. Además, tengo claro que si tengo que ayudar, me remangaré el vestido y a ayudar, porque me gustan los enredos, lo llevo en la sangre (dice riendo). Mi marido está acostumbrado también a trabajar en celebraciones de camarero y tenemos experiencia para poder hacerlo. La celebración de la comunión es diferente, esa sí teníamos previsto celebrarlo en un establecimiento.Cuando haya nueva fecha tendremos que ver de nuevo la disponibilidad del local.