Imagen de la galería comercial del edificio Lomaga. R. I.

Botellón, ruido, suciedad y malos olores quitan el sueño a más de un centenar de vecinos

Afirman llevar más de dos años padeciendo esta situación que tienen en manos del Defensor del Pueblo Andaluz y la Junta de Andalucía ante la inacción afirman del Ayuntamiento

Inmaculada Acién

El Ejido

Martes, 28 de febrero 2023, 22:43

La diversión de unos se convierte en el insomnio de otros. Esa es la situación que lleva produciéndose en el centro de El Ejido más de dos años, concretamente en la galería comercial ubicada frente a la calle Iglesia, donde más de un centenar de vecinos del edificio Lomaga en vez de esperar el fin de semana para descansar, temen que llegue ese momento que se convierte para ellos en un sinvivir de ruidos, acompañado a la mañana siguiente de malos olores y suciedad en el callejón ubicado entre la galería comercial y la calle Granada, provocado por orines y vómitos, efectos colaterales de una noche de fiesta, que muchas veces son los propios vecinos con cubos de agua caliente los que tienen que limpiar. «En el callejón no entra la empresa de limpieza», señala José Antonio Sánchez, presidente de la comunidad de vecinos y propietarios de ese edificio.

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Y es que en esta galería comercial hay actualmente funcionando dos locales de restauración que tienen licencia de música, uno de ellos además con licencia de terraza.

Todo fue poco a poco. Primero solo funcionaba uno de los dos establecimientos y sin terraza.La licencia de terraza llegó después. Poco a poco se fue poniendo de moda y ampliando su horario. Legalmente podía abrir hasta las dos de la madrugada.

«Cuando ya los ruidos de la terraza empezaron a molestar, desde la comunidad nos informamos de su situación jurídica en el Ayuntamiento y descubrimos que no tenían licencia para mesas y sillas en terraza, porque la tenían caducada y no habían pedido renovación», explica José Antonio Sánchez.

Así, pusieron una denuncia solicitando la retirada de las mesas y las sillas. El expediente en el Ayuntamiento terminó con la denegación de la licencia en la galería comercial al no tener el visto bueno de los vecinos, por ser un lugar privado, pese a que sea de uso público, es decir, de paso. «Entonces la solicitaron en el callejón, en el espacio que hay entre la galería y el Círculo Cultural y Recreativo, que es vía pública. Se la dieron». Una licencia para diez mesas y veinte sillas, cantidad que afirman desde la comunidad de vecinos es más amplia.

«Empezamos con las denuncias porque ponían música y no tenían licencia para música. Llevamos incluso al notario y levantamos acta notarial de que estaban con música, que había más mesas y sillas, y acabó el expediente en una sanción», señala el presidente de la comunidad de vecinos, quien añade que lo que hizo el establecimiento entonces fue cambiar la licencia de bar y hostelería sin música, a hostelería con música. «Ahí nos personamos, hicimos alegaciones que no han servido para nada, porque las han denegado», incide. De esta manera, legalmente y con el cambio de normativa ahora pueden estar abiertos más tiempo y pueden seguir teniendo terraza.

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El siguiente paso fue solicitar al Ayuntamiento una medición de ruido de la terraza. «Nos respondieron que no tienen obligación de hacer medición de ruido de una terraza», comenta Sánchez. Entonces recurrieron a Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, por contaminación acústica.«Hicimos petición y la Junta le dio 30 días al Ayuntamiento para hacer la medición. Nos llamaron una tarde para hacer la medición a las cuatro o cinco de la tarde de la terraza, cuando a esa hora no está abierta. Les dijimos que hay que medirlo en fin de semana y a las doce, la una o las dos de la mañana que es cuando estamos denunciando, pero no nos hicieron caso», explica, sin entender qué interés puede tener el Ayuntamiento en no realizar las mediciones en los horarios en los que denuncian ellos los ruidos.

Sin embargo, no están dispuestos a rendirse. Hace unos 15 días volvieron a poner en conocimiento de Medio Ambiente «que el Ayuntamiento no ha realizado la medición como obliga la Junta de Andalucía y seguramente en estos casos procede que venga directamente Medio Ambiente a hacer la medición, que es en el estado en el que está el expediente ahora mismo», añade Sánchez.

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También tienen el tema en manos del Defensor del Pueblo Andaluz.

Ejemplo de que ellos solo quieren que se puedan compatibilizar los negocios privados con el descanso de los vecinos es que no hicieron alegaciones a la apertura de un nuevo negocio de copas con licencia de música en esa misma galería, bajo el compromiso de la empresa de realizar una buena insonorización.

No obstante, sí denuncian que ese segundo establecimiento tampoco está cumpliendo con lo comprometido en el momento en que dejan salir del local a la gente con la copa, lo que provoca que la galería se llene de gente a altas horas de la mañana con el ruido que eso genera. «Eso al final es un botellón. No hay un interés por parte de los responsables de minimizar los perjuicios a los vecinos», insiste.

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Petición de concentración a la Subdelegación del Gobierno

Dos veces han solicitado ya una reunión con el alcalde, Francisco Góngora, desde la comunidad de vecinos del edificio Lomaga para pedir su ayuda como máximo responsable municipal, la última hace tres semanas, pero dicen no haber recibido respuesta.

«Hemos puesto en conocimiento del alcalde el incumplimiento de la normativa que está haciendo y que tenemos un problema y no nos está atendiendo. Hemos pedido ya dos veces una reunión con el alcalde, la última hace más de tres semanas y no nos atiende», señala José Antonio Sánchez.

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Ante esta situación han decidido solicitar a la Subdelegación del Gobierno permiso para llevar a cabo una concentración en la que participen tanto el más de un centenar de vecinos de este edificio como vecinos de otros edificios colindantes que también se ven afectados por la situación.

«En el callejón orinan junto a las paredes de los edificios y casas, vomitan, hay olor a marihuana. Llamamos a la Policía Local a las dos de la mañana, prácticamente todos los fines de semana. Ya hay fines de semana que ni siquiera vienen porque dicen que no pueden hacer nada porque tiene los papeles en regla, pero la realidad es que hay más mesas y sillas de las permitidas y hay botellón porque la galería se llena de gente de pie con los vasos en las manos bebiendo. Eso es un botellón», explica el presidente de la comunidad de vecinos, quien lamenta que «el descanso de los vecinos está visto que da igual».

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Y es que afirman que no tienen problema con la existencia de locales de restauración, pero que igual que ellos han tratado de ser comprensibles, también necesitan de esa reciprocidad que permita a los vecinos descansar. Se sienten indefensos y cansados.

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