Inmaculada Acién
El Ejido
Domingo, 21 de febrero 2021, 23:25
Hubo unos años en los que la Balsa del Sapo era considerada un humedal de gran valor ornitológico. Su riqueza paisajística, hizo que muchas aves se posaran en sus aguas y hasta decidieran anidar en él. Era común ver flamencos, fochas o patos. Y SEO/BirdLife incluyó las lagunas de la Balsa del Sapo en la actualización y revisión del Inventario de Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en España en 1998.
Publicidad
En 2007, en el ámbito de la protección ambiental, la Dirección General de la Red de Espacios Naturales Protegidos y Servicios Ambientales aprobó la inclusión en el Inventario de Humedales de Andalucía de la Balsa del Sapo.
Sin embargo, un paseo por los alrededores de la Balsa del Sapo en estos momentos ofrece una imagen desoladora y muy alejada de lo que antaño se pudo ver.
El camino tipo sendero que bordeaba todo el humedal, ha desaparecido en una buena parte, sumida bajo las aguas crecientes de la Balsa del Sapo, mientras que en el sendero restante, la baya ha ido desapareciendo poco a poco hasta el punto de que solo pequeños fragmentos quedan como testigos de que un día los hubo. También los postes que marcaban el límite del camino y su discurrir quedan tapados en su mayoría por la vegetación salvaje.
Un camino que se ha convertido en espacio más que de paseo, de uso para disfrutar de unas cervezas y lo que se tercie, a la vista de gran cantidad de basura que se acumula durante todo el recorrido y que incluso surge del agua. Un camino que, además, se ha convertido en un lugar plagado de pequeños fuegos, bien para calentarse o incluso hacer una barbacoa, entre la orilla del agua y el cañaveral existente.
Una imagen desoladora para los vecinos entre los que se encuentra Diego Berenguer.
«Sin mantenimiento, la gente entra y no respeta nada. Se hacen fuegos y hay quienes aprovechan incluso para tirar garrafas de plástico de ácido nítrico que se ven flotando en el agua. Viene gente desaprensiva para vaciar basura, lo mismo ves garrafas que hasta neumáticos. Esto lo han convertido en una escombrera», afirma entre el enfado, la rabia y la pena de ver cómo este espacio se ha ido degradando poco a poco y que no se pone remedio.
Publicidad
Estudio de diagnóstico
En este sentido, el Ayuntamiento de El Ejido anunció a finales de 2020 la firma de un acuerdo con la Universidad de Almería, a través del Centro de Colecciones Científicas, para realizar un estudio de diagnóstico de la situación en la que se encuentran los humedales no protegidos del municipio, entre los que se encuentra la Balsa del Sapo con el objetivo de articular todos los mecanismos necesarios para protegerlos y ponerlos en valor como un importante recurso turístico.
El concejal de Agricultura, Francisco Pérez, señaló entonces que «el documento resultante podrá servir igualmente como base para el desarrollo de una iniciativa europea 'Interreg' y, en última instancia, para la petición de un proyecto LIFE que integre la agricultura y el sector turístico ejidense».
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.