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La asociación Vivir denuncia falta de plazas concertadas para daño cerebral en el Poniente

La asociación Vivir denuncia falta de plazas concertadas para daño cerebral en el Poniente

Tan solo son 5 las plazas concertadas desde 2019 en el Poniente de las 24 de las que esta asociación dispone y en los últimos cuatro años esa cifra no se ha incrementado dejando a muchos afectados sin recursos para recuperarse

Inmaculada Acién

El Ejido

Sábado, 25 de noviembre 2023, 23:16

El próximo 3 de diciembre se celebra el Día Internacional de la Discapacidad. Una fecha entorno a la que se llevan a cabo numerosas actividades para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de ofrecer un entorno urbano y social que ofrezca la mejor calidad de vida también para esas personas.

Dentro de los diferentes tipos de discapacidad, el daño cerebral es uno de ellos. Un daño cerebral que en ocasiones puede ser reversible, siempre que reciba las terapias y la rehabilitación necesaria a tiempo, o que puede ser permanente. En cualquiera de ambos casos, tanto la persona que lo padece como las familias requieren de un apoyo de la administración. Un apoyo del que la Junta de Andalucía parece haberse olvidado en el Poniente almeriense.

El pasado mes de septiembre, la Administración autonómica llevó a cabo la licitación de nuevas plazas destinadas al concierto social de centros de atención a las personas con discapacidad. En total fueron 470 plazas para toda Andalucía. Sin embargo, se trató de una convocatoria en la que nuevamente y ya van tres consecutivas según apuntan desde la asociación Vivir, se quedó fuera el concierto de plazas destinadas a daño cerebral en el Poniente almeriense, cuestión muy demandada por esta asociación de daño cerebral y por lo que seguirán sin atenderse para los próximos años las necesidades de las familias que necesitan de este recurso.

Hace 20 años que esta asociación abrió sus puertas y en 2012, hace 11 años, inauguró su Unidad de Día. En 2019 y pese a estar en unas instalaciones alquiladas, decidió hacer frente a unas importantes obras de ampliación que le permitieran conseguir la acreditación para concursar en las licitaciones del concierto de plazas, para ayudar a las personas con daño cerebral a recibir el servicio necesario.

Unas obras con las que consiguieron 24 plazas para ese concierto. Recibieron su acreditación, pero en la licitación de ese año tan solo fueron cinco las plazas para las que consiguieron concierto. «Fuimos el hazmerreír de Andalucía», recuerda Loli Olivencia, la directora de la asociación Vivir, quien señala que en Almería además de las cinco del Poniente, tan solo hay 20 plazas más que son las que tiene asignadas el Centro de Evaluación y Rehabilitación Neuropsicológica, ubicado en la Universidad de Almería. Un número de plazas muy alejado, por ejemplo de las 60 con que cuentan provincias como Cádiz.

«¿Acaso Almería es la provincia donde menos daño cerebral hay?», se pregunta Olivencia, quien con una sonrisa triste señala que ojalá fuese así.

4 años manteniendo costes

Esas cinco plazas concertadas en 2019 son las mismas que siguen teniendo cuatro años después y agradecidos de que al menos hayan podido renovar la concesión en este año 2023, puesto que desde entonces la directora de la asociación Vivir, Loli Olivencia, asegura que no han salido nuevas plazas a concesión en esta tipología de patología.

Cuatro años en los que además de no poder ofrecer la atención necesaria a esas decenas de personas que han tocado a su puerta para preguntar cómo conseguir una plaza concertada, han tenido que seguir manteniendo un ratio de técnicos que les permita mantener la acreditación, a la espera de que llegue el momento de conseguir ampliar el concierto. «No nos salen las cuentas», confiesa.

La pregunta que a todos les rondará por la cabeza es si realmente hay una demanda que justifique el incremento de plazas concertadas en el Poniente.

Estudio de necesidades

Ciertamente, desde la asociación Vivir no disponen de datos oficiales, lo cual no significa que no existan. «Esto es tan sencillo como hacer un estudio de necesidades», subraya Olivencia, quien añade que los indicadores se encuentran en las estadísticas de los hospitales universitarios de Poniente y Torrecárdenas. «Es cuestión de tener voluntad y ganas de hacer las cosas», sentencia.

Pese a que no disponen de esas estadísticas, la realidad se impone. La asociación Vivir está atendiendo a través de su Centro de Día, de manera privada, a unas 28 personas que acuden a recibir servicios de fisioterapia, terapia ocupacional o logopedia dos o tres veces por semana. Sesiones y tiempo de tratamiento que depende de las posibilidades económicas de cada paciente, puesto que deben costearlas de manera privada.

Pero son muchas las personas con muchas necesidades que tras informarse tienen que darse media vuelta y marcharse por no disponer de recursos económicos para hacer frente a las terapias que requerirían para recuperarse o para al menos disponer de una mejor calidad de vida.

«La mayoría de personas no tienen 1.700 euros para poder estar aquí de nueve de la mañana a cinco de la tarde, que es lo que supone el concierto de una plaza, y hablamos de una Unidad de Día, por lo a ese dinero hay que añadirle que esa persona tiene que cenar cuando llegue a su casa y llevar una vida fuera del horario del centro», explica la directora de la asociación.

Además, para aquellas familias que pueden disponer de una plaza concertada, no solo se convierte en una ayuda económica puesto que pueden acceder a un servicio que de otra manera escaparía a sus posibilidades, sino que se convierte en un respiro familiar, tanto para hacer frente al cuidado del núcleo familiar como para poder trabajar. Cada familia tiene una historia.

La dura conclusión a la que termina llegando Olivencia es que «a la salud no se le está dando tanta prioridad como se dice» o al menos no al daño cerebral.

Además, la directora de Vivir recuerda que independientemente del número de plazas que se concierten, la Administración únicamente debe pagar por ellas cuando se haga uso de ellas.

Falta de información

Por otra parte, Loli Olivencia critica la falta de información que hay a las personas y familias, una vez abandonan el hospital. «Muchas personas llegan aquí a informarse sin haber solicitado ni siquiera la dependencia porque no saben que tienen que hacerlo», explica, al tiempo que añade que salen del hospital sin información sobre los servicios o recursos que pueden tener a su alcance y sin conocer cuáles son los pasos que tienen que dar para acceder a ellos.

«Lo lógico es que después del alta hospitalaria, la trabajadora social del hospital se siente y le explique los recursos que hay y qué procedimiento tiene que seguir», incide Olivencia, quien hace hincapié en que «si no solicitas dependencia, si no te valoran el grado de dependencia que tienes, no te van a dar ninguno de estos recursos. Hay mucha desinformación por parte de los hospitales».

En cuanto a la asociación Vivir, de momento, solo cinco personas pueden disfrutar de sus terapias diarias, personalizadas y adaptadas a sus necesidades en el Poniente, a través de sus cinco plazas concertadas, pero Loli Olivencia aún mantiene la esperanza de que la Junta termine escuchando sus demandas y el próximo año vuelva a producirse una licitación de plazas y en esa ocasión, la Junta de Andalucía sí sea sensible a las necesidades del Poniente almeriense y de las decenas de familias que necesitan de un servicio para el que se les cierran las puertas y que les restan posibilidades de una recuperación que les haga soñar con una mejor calidad de vida.

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