La asociación El Timón propone un nuevo modelo de financiación para la salud mental

Sin embargo, este año de nuevo 17 entidades andaluzas de personas con enfermedad mental, entre las que se encuentra la ejidense El Timón, se han visto con el agua al cuello y al límite de su capacidad de supervivencia, para poder continuar con su labor diaria y con ese servicio básico a sus usuarios.

Las entidades cobraron ayer las ayudas de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, como confirmó a IDEAL la presidenta de la Federación Andaluza de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental (FEAFES)y presidenta de El Timón, Cristina González, después de más de seis meses de espera.

Mal histórico

Una demora que, sin embargo y lamentablemente, no es una novedad para las asociaciones. «Es un mal histórico, siempre ha tardado mucho», afirma González, quien además explica, que se trata de ayudas nominativas que aunque reciben con gratitud, «suponen una colaboración únicamente porque son insuficientes para cubrir todos los costes de servicios que tenemos las asociaciones». Unas ayudas que durante casi 30 años se han venido otorgando al movimiento asociativo de la salud mental para desarrollar los programas y los servicios necesarios con los que poder atender a este colectivo, especialmente vulnerable, más aún en estos tiempos de pandemia.

Es por ello, que como objetivo para los próximos meses, la presidenta de Feafes Andalucía se pone por bandera luchar por un acuerdo con la Administración para definir un nuevo modelo de financiación, ya que como indica Cristina González, «se trata de la única discapacidad que no cuenta con un modelo de financiación propio».

En este punto, González indica que existen tres posibles fórmulas de financiación. La subvención nominativa que es la que actualmente se utiliza y que supone un «reparto desigual porque no se fiscaliza la actividad de las entidades y no se cubre el coste total que tienen las asociaciones», un concierto social que permita derivar una cantidad de dinero suficiente con la que cubrir la actividad o actividades sobre las que se realice el concierto social o el concierto de plazas para poner en marcha pisos tutelados u otras figuras simulares, que permita acreditar las plazas al inicio de cada año.

Es por ello que los próximos meses podrían ser fundamentales para hacer una revisión profunda y conjunta entre asociaciones y Administración sobre la atención a salud mental, analizar lo que se está haciendo y ofreciendo, las demandas y necesidades existentes y poder arrancar el próximo año con nuevo modelo de financiación.

Entre esas necesidades está también la creación de centros rehabilitadores y no solo asistenciales. «Queremos centros preventivos donde se pueda trabajar y permita mejorar a las personas», afirma González.

Proyectos de futuro

Por otra parte y como proyecto de futuro de El Timón, también se está trabajando para poner en marcha nuevas iniciativas de intervención en comunidad, que permitan trabajar con los usuarios y familiares en sus propios entornos.

Esto implicaría que serían los propios monitores y técnicos de la asociación los que se desplazarían para llevar a cabo los talleres y terapias, eliminando la necesidad de transporte y aprovechando los propios recursos de cada municipio para llevarlos a cabo. Un proyecto que ya se está presentando y trabajando con algunos Ayuntamientos del Poniente almeriense.

La asociación El Timón adapta sus servicios a la nueva normalidad

Tras pasar el confinamiento con un seguimiento y atención telefónica diaria de los usuarios y con la llegada de la nueva normalidad, la asociación El Timón también se ha visto obligada a adaptar su forma de trabajar y sus servicios a la actual situación social y sanitaria, lo que ha provocado reducir la atención presencial en espacios cerrados.

«Estamos aprovechando espacios abiertos como parques y, por supuesto el invernadero donde hacemos el taller ocupacional de jardinería», explica la presidenta de El Timón, Cristina González. Un espacio que están utilizando para realizar ejercicio físico, paseos, actividades con las plantas, terapias o grupos de auto ayuda, entre otros.

Mientras, en el aula de informática se trabaja con grupos de cuatro personas.

No obstante y dada la actual situación sanitaria y el creciente aumento de casos de Covid-19, desde El Timón apuntan que en septiembre tendrán que replantear toda la programación de actividades en función de cómo esté la situación.

Una situación que precisamente está afectando a la salud mental de la población en general. «Como profesional entiendo que muchas personas están desarrollando problemas de salud mental con eta situación como fobias, depresiones y ansiedad», apunta Cristina González, doctora de profesión. «Pero, sobre todo, me preocupan los niños porque se les está transmitiendo miedo a salir, miedo al abrazo... y eso puede ser el germen de un problema de salud mental en el futuro. Creo que habría que valorarlo más».