Arrestan a un joven por arrojar un perro vivo para alimentar a otros de su propiedad

La investigación comenzó el pasado 2 de julio por los continuos problemas de convivencia surgidos con sus vecinos, que les obligaron a poner en conocimiento de la Policía Nacional la posible existencia de una plantación oculta de marihuana, así como un punto de venta de droga.

Las vigilancias a las que fue sometido el inmueble donde residía el detenido, así como el propio arrestado, confirmaron las sospechas policiales. Fueron varios los días, y en diferentes franjas horarias, en los que los agentes observaron un trasiego inusual de personas hacia el interior del edificio que, tras un corto periodo de tiempo, salían de él de manera apresurada y guardando ciertas medidas de seguridad.

Desde el exterior del inmueble, y en su azotea, podía observarse, además, cómo asomaban varias plantas de marihuana de gran tamaño.

Colaboración

El dispositivo policial de entrada y registro en el inmueble -sito en la calle Colombia de El Ejido- se realizó de manera inmediata, no obstante, al tener los agentes la certeza de que en su interior peligraba la vida de un animal. Una vez que accedieron dentro, los investigadores pudieron impedir en la terraza que seis perros de los considerados como razas peligrosas devorasen a otro para, así, satisfacer su necesidad de alimento.

Estos animales, explica la Policía Nacional en una nota, se encontraban con evidentes síntomas de malnutrición y en unas condiciones higiénico-sanitarias lamentables y, además, la actuación policial evitó la muerte del can, que resultó malherido.

La imprescindible colaboración de la Policía Local de El Ejido y la Asociación Protectora de Animales SOS Adopta, con sede en Pechina -Almería-, ha permitido la recogida y traslado de los animales, a los que se les están prestando los cuidados asistenciales necesarios.

Huida de azotea en azotea

Al percatarse el arrestado de la entrada por la fuerza en su vivienda, y sabedor de la ilegalidades que estaba cometiendo, emprendió una huida desesperada en ropa interior y descalzo, saltando de azotea en azotea, salvando desniveles notorios de más de cinco metros de altura. No obstante, la Policía Nacional le dio caza, una vez que fue rodeado por varios agentes.

Durante el registro practicado, los policías de la Comisaría de El Ejido hallaron 1.576 gramos de cogollos de marihuana, 157 gramos de hachís, 26 gramos de cocaína, 38 pastillas de éxtasis, dos básculas de precisión, 37 plantas de marihuana que alcanzaban el metro y medio de altura, seis focos, seis balastros, un extractor de aire y una máquina de aire acondicionado, así como abundantes monedas y billetes de escaso valor facial, procedentes de pagos por la venta al menudeo de las sustancias sicotrópicas.

El detenido, de 23 años de edad, que responde a las iniciales de F. J. R. S, ha ingresado en prisión por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de los de El Ejido, acusado de un delito contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico, daños y maltrato animal.

Maltrato animal

En el artículo 337 del Código Penal, explica la Policía Nacional, se castiga con hasta un año de prisión al que, por cualquier medio o procedimiento, maltrate injustificadamente a un animal doméstico, amansado, o aquel que viva salvaje, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud o lo someta a explotación sexual.

Si se hubiera causado la muerte del animal se impondrá, además, una pena de seis a dieciocho meses de prisión e inhabilitación especial de dos a cuatro años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales.

La Convención Europea para la Protección de los Animales de 13 de noviembre de 1987, ratificada por España en el BOE de 11 de octubre de 2017, destaca asimismo en su artículo 4 que «toda persona que posee un animal es responsable de su salud y su bienestar y, por ello, le obliga a procurar que las instalaciones, los cuidados y la atención que se dispense al animal tengan en cuenta sus necesidades etológicas, conforme a su especie y a su raza».