El almeriense Antonio Palomino obtiene la máxima nota del Bachillerato Internacional

. Se llama Antonio Jesús Palomino, ha cursado estudios de Diploma en el SEKAlborán y es uno de los pocos estudiantes a nivel mundial que puede decir que ha obtenido la máxima puntuación en el Bachillerato Internacional, con 45 puntos de 45 posibles. Una nota que como él mismo reconoce supone que pueda entrar «en la carrera que quiera y estudiar lo que me gusta», que en su caso es el doble Grado de Estudios Internacionales y Derecho.

Una carrera que tenía claro que quería realizar desde hace tiempo. «Hace unos pocos años me fijé en Estudios Internacionales porque tenía bastante salida en cuanto a Diplomacia y organismos internacionales, y quería aportar mi granito de arena a cambiar cosas. Me gustaría dedicarme a los Derechos Humanos o a la Lucha contra el Cambio Climático porque me parecen cosas importantes y que hacen falta hoy en día».

Unos estudios que pese a que primero pensó en cursarlos en Holanda, porque le atraía lo de estudiar fuera, finalmente llevará a cabo en la Universidad Carlos IIIde Madrid.

«Me he dado cuenta que la educación en España en la Universidad es muy buena. Me gusta mucho el Grado que hay en la Carlos III de Madrid y las asignaturas también me gustan. En Holanda era un Grado un poco ambiguo donde no tenía muy claro qué salidas profesionales de futuro ofrecía y, sin embargo, en la Carlos III sí lo tengo claro», señala Palomino.

Investigación o memorización

En cuanto a su elección por cursar el Bachillerato Internacional frente al Bachillerato Nacional, fue una elección motivada por distintos factores. «Principalmente, porque abre puertas a universidades fuera de España y es más fácil entrar en ellas, aunque al final me haya decantado por una nacional. Pero, además, porque me parece un programa que se basa menos en la memorización y más en la investigación», señala este joven ejidense, quien añade que se «fomenta una mayor autonomía en la formación y en la preparación de las materias y todas las asignaturas te sirven para lo que posteriormente quieras estudiar. Me parece mucho más útil».

Precisamente esa dinámica de trabajo es lo que más le costó asimilar a Antonio Palomino. «Creo que lo que más me ha costado ha sido organizarme, porque no era consciente al principio de todo lo que tenía que hacer y terminé acumulando bastantes trabajos para el segundo año y he tenido que darme mucha prisa en algunas cosas. Pero, a parte de eso, el resto ha sido estudiar y trabajar», comenta de manera natural como si fuese fácil lo que ha conseguido hacer.

Promoción de lujo

Y es que su promoción ha sido una de las que mejores notas ha sacado a nivel internacional como él mismo pone de manifiesto. «Ha sido un año de muy buenas notas para toda la clase, porque teníamos una media de 39 sobre 45 y la media mundial está en 33, por lo que es una media muy alta. Además, ocho alumnos han sacado más de 40 puntos y muy poca gente saca más de 40».

En este sentido, este es el primer año que el SEK Alborán cuenta con una promoción de Diploma Puro, donde los alumnos sólo cursaron Bachillerato Nacional o Internacional, puesto que hasta el momento, los que apostaban por estudiar el Bachillerato Internacional, realizaban en un mismo curso los dos Bachilleratos en uno.

Ensayo universitario

Por otra parte, el Bachillerato Internacional se convierte en un pequeño ensayo de lo que serán posteriormente los estudios universitarios. «En el Bachillerato Internacional se potencia mucho la independencia y supongo que la Universidad será igual: investigar por nuestra cuenta, estudiar, crearnos nuestros propios apuntes, ver cómo funcionan los exámenes y asignaturas. Supongo que en eso se parecerá bastante al estudio universitario», apunta Palomino.

Pero, además, el Bachillerato Internacional en el SEK incluye 30 horas destinadas a Actividad, Creatividad y Servicios, «para que la gente se conciencie de lo que hace falta», explica Antonio Palomino. En su caso esas horas las dedicó a participar en una plantación de árboles en la Alpujarra, colaborar con el Banco de Alimentos en el reparto de comida, o recaudar fondos para los niños con cáncer de la asociación Argar, además de a actividades de Debate. Actividades muy relacionadas con lo que realmente quiere estudiar ahora en la Universidad. «Me interesaba la rama de los Derechos Humanos. Por eso me gusta el programa de Diploma, por cómo lo enfoca, y me metí en él un poco por eso también», reconoce este joven estudiante ejidense.

Ahora toca soltar todo el estrés del curso, relajarse y disfrutar del verano con los amigos, antes de comenzar la aventura universitaria.

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