Justo premio por el trabajo bien realizado

Saltar al campo con la condición de favorito y que el rival te demuestre que no hay nada escrito en el fútbol hasta que se juega el partido. Así fue la primera parte de la visita del invicto Cartagena, con pleno de puntos cuando comenzó el partido en Santo Domingo, y colíder del grupo IV. El novato CD El Ejido no había conseguido marcar ante su afición, pero se había sacudido los nervios que generaron las dos derrotas iniciales con su primera victoria en la categoría en San Fernando. Así, mucho más hecho y maduro, miró a la cara al cuadro cartagenero.

Los primeros minutos del choque fueron claramente visitantes, gustándose en el manejo de balón pero sin profundidad. Parecía otra cosa cuando Sergio Jiménez disparó alto en el minuto 2, pero después llegó la sequía en ambas áreas. La batalla estaba servida en la medular, y ahí los celestes se impusieron con un sobresaliente Dani Espinar y un Gabri de largo recorrido, actuando en muchas ocasiones como pivote solitario. Seguridad atrás, temple por banda, y licencia para todo a Alfonso, así se cocería la primera parte.

Una vez cogidas las riendas, anticipándose a las acciones del Cartagena, El Ejido comenzó a generar peligro. Se materializó con un cabezazo de Mérida en situación forzada, y sobre todo en un robo de Alfonso por el centro que él mismo finalizó con un tiro duro pero ligeramente alto. Eso sucedía antes del cuarto de hora, y no fue hasta el minuto 26 que los visitantes lo intentaran. Álex Bautista cortó un balón peligroso que recogió Rivero para engatillar también a las nubes.

Sensaciones

Si el fútbol se compone de sensaciones, las de la tarde dominical sobre el césped ejidense eran favorables a los de Alberto González, y sirvieron para que otra losa se quitara de encima de cara a la confianza del equipo. Llegó el primer gol como local, por fin, tras casi dos partidos y medio, y su autor fue Alfonso en el minuto 40. Vestido de ariete, hizo diana con un cabezazo de los que mandan los cánones desde la frontal del área chica. Su asistente fue Ávaro Ocaña en una de sus contadas y medidas incursiones por la zurda.

Antes del camino a vestuarios, al ejidense Javilillo se le hizo de noche ya dentro del área rival, y comenzó la segunda mitad insistiendo en buscar la pelota y en dar profundidad a su equipo, bien acompañado por el trabajo de Adolfo. Y es que quiso enseñar credenciales el CD El Ejido, que tras un robo de Javilillo tuvo el 2-0 en las botas de un poco inspirado Pedro Mérida, que se llenó de balón y chutó mal. Monteagudo introdujo cambios con pólvora, mientras que González tuvo que cambiar su dibujo por obligación.

En el minuto 61 Adolfo cayó lesionado y el míster malagueño introdujo a Segura, que había perdido la titularidad en este partido a favor del Sofian en el eje de la zaga. Salió de mediocentro, lo que se aprovechó para cerrar más el partido en unos minutos en los que el conjunto cartagenero estuvo cerca del empate en una falta lateral a la que no llegó el central Moisés tras fallar precisamente Sofian, que reconoció el error a su guardameta García. Lo siguiente, en el minuto 62, fue un chut colocado de Rivero que el portero celeste agarró sin problemas.

División de opiniones

El siguiente cambio de González fue significativo por lo que originó en la grada, con más aplausos que pitos, pero con división de opiniones en referencia a Mérida. El delantero sigue a cero tras cuatro jornadas. Samu Corral sí recibió una ovación en su salida, y el CD El Ejido tiró muy abierto a Javilillo. En un saque rápido de García, el de La Aldeílla controló y habilitó la posición libre de marca de Dani Espinar, que regateó a Limones, se perfiló y chutó muy bien, pero se vistió de héroe Rivero para sacar con la cabeza bajo palos.

Se escapó por poco el 2-0 en el minuto 78, llevándose el jugador visitante un duro golpe contra el poste. Desde ahí no se llegó a perder el sitio, pero sí hubo cierta 'locura' controlada de la que los visitantes solo sacaron un tiro desviado de Sergio García y los locales las 'locuras' del habilidoso Paquito, que había entrado por Espinar. Asistió a Alfonso para un tiro bien intencionado que se marchó fuera, y él mismo hizo la cuerda por la frontal para ver desviado por la defensa su disparo. Segunda victoria consecutiva, y primer gallo desplumado.