Almerimar se queda sin 'Jaleo' nocturno

Son las nueve de la noche de un día cualquiera de esta segunda quincena de agosto en Almerimar. El calor ha comenzado a remitir, se está bien en la playa aún, pero la gente hace una hora que comenzó a marcharse. Toca quitarse la sal del mar, cambiarse de ropa y seguir disfrutando, ya de la noche, quizás con una cena o un tapeo, en familia o con amigos, pero en grupos que no sean muy numerosos.

Antes de las diez de la noche, los bares y restaurantes comienzan a recibir a los clientes. No es de extrañar que la hora se adelante, ya que a partir de las doce de la noche, como la hora de Cenicienta, toca empezar a recoger, para que a la una todas las luces estén apagadas. Patrullas de Policía Local recorren el Puerto de Almerimar y otras zonas en labores de vigilancia, para prevenir conductas que puedan ser peligrosas y que los establecimientos sin licencia para abrir, lo hagan, es decir, discotecas y pubes.

Esto ha provocado una imagen insólita en un mes de agosto, con el Edificio Jaleo prácticamente apagado. Sólo se salvan las heladerías, que siguen manteniendo sus terrazas llenas y alguna cafetería, con todas las mesas ocupadas.

Avanza la noche y a las 23.30 horas, la imagen comienza a ser desoladora para los establecimientos de restauración. Donde el verano pasado podían estar sirviendo bebida y comida hasta pasada la una de la madrugada, por la elevada demanda, ahora ven cómo las mesas se quedan vacías o los comensales se levantan antes para marcharse, conscientes todos de que es fundamental seguir las medidas de seguridad frente a la Covid-19, dictadas por Sanidad.

El paseo marítimo dejó de ser ese lugar de mucha concurrencia ya no solo como el año pasado, sino incluso como el pasado mes de julio, aunque también es cierto que el número de contagios va en aumento y la cifra preocupa a la ciudadanía. Ahora son pocos los que a las 23 horas están paseando o sentados, entre ellos, la mayoría jóvenes, que se han quedado sin lugares para salir de fiesta.

Sin embargo, entienden la medida. Es el caso de la joven Alejandra George. «Me parece que según está la situación es una medida totalmente razonable y lo entiendo completamente», comenta Alejandra, quien llena ahora esos ratos con salidas con los amigos. «Voy a tomar tapas y quedamos en casa de amigos, algo que posiblemente no hacíamos tanto el verano pasado», apunta esta joven que mira con preocupación la situación actual. «Me parece que la situación está incluso empeorando, ya que creo que estamos perdiendo el miedo al virus y que le estamos restando importancia al problema, y podemos observarlo en los últimos resultados».

Una conciencia que comparten la mayoría de jóvenes. «La situación actual me da bastante miedo y creo que mucha gente no entiende realmente la importancia de cumplir con las medidas necesarias para intentar frenar el virus lo antes posible», afirma RosalíaAcién, quien añade que«el cierre de pubes y discotecas es una medida imprescindible que incluso tendría que haberse tomado antes, ya que creo q es muy difícil mantener distancia en los locales». Frente a ello surgen ahora nuevos planes como «ir a la playa, salir a tomar café con amigos o simplemente salir a despejarnos y dar una vuelta por la noche. También solemos quedar en casa de alguno y reunirnos allí», señala esta joven de 18 años.

Por su parte, los establecimientos de restauración miran la situación con nueva preocupación. Pese a que pueden abrir, los números reflejan un descenso de ventas y el límite horario supone una nueva reducción de caja. En el caso de Almerimar, además el cierre de la mayoría de establecimientos del Edificio Jaleo se deja notar en los bares de alrededor en mayor o menor medida, tanto por aquellos que iban a cenar para luego tomarse una copa, como los que los domingos lo hacían al contrario.Tarde de copas y luego a llenar la barriga.