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Javilillo, defendido por Ález Díez, se deja el balón atrás.
El Ejido seguirá de bronce puro
CD El Ejido

El Ejido seguirá de bronce puro

Fútbol de calidad en tarde romántica de transistores para quedarse en Segunda B empatando con el Mérida

Pado Alonso

Domingo, 7 de mayo 2017, 23:33

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Se podían dar varias situaciones más que suficientes para eludir la promoción de descenso, pero había ganas de dejar un buen sabor de boca en la fiel afición celeste después de una temporada de montaña rusa, de altos y bajos, pero de méritos contraídos para una permanencia trabajada desde el crecimiento. Ante el Mérida, equipo que lucha por la otra promoción, la de ascenso, se fue superior en una primera parte en la que el CD El Ejido dispuso de varias llegadas claras frente a un conjunto extremeño al que apenas se le dejó el balón y que se vio roto por momentos, pero de una calidad indiscutible para desnivelar el marcador en cualquier momento.

Muy pronto, en el minuto 4, Narváez inició las hostilidades buscando un tiro desde el pico del área por la izquierda, a pierna cambiada, que botó un metro delante de la portería pero que se marchó demasiado cruzado. Se empezó a sentir cómodo el cuadro celeste, que triángulo bien por la derecha en el siguiente minuto para un cabezazo final alto de Javilillo en un balón servido por Dani Cara, con el once en la espalda dada la baja de Alfonso, en el palco con muletas. Era una baja importante, pero además la banda zurda se quedó huérfana cuando en el minuto 39 tuvo que ser sustituido Ocaña por lesión.

Alberto González redibujó la defensa y metió en el campo como central a Álex Bautista, desplazando al borde de la cal al polivalente David Fernández. Se perdía poder ofensivo, sobre todo de cara a la segunda parte, ya que se perdían las habituales incorporaciones arriba del bravo lateral, ovacionado en su marcha del terreno de juego. Antes de eso sucedieron muchas más cosas, como el primer intento visitante en una falta peligrosa que lanzó centrada Pardo, respondida en la salida rápida ejidense con un calco de Narváez a su primer disparo, también con bote y desviado. La más clara ocasión llegó en el minuto 20 con Álex Díez sacando bajo palos ante Dani Cara tras un primer chut de Javilillo a servicio de Darío Guti.

Sin puntería

Respondió el Mérida con Antonio Romero empalando un balón suelto en la frontal ejidense, pero en el mismo minuto, el 21, Darío Guti le robó la cartera a Paco Aguza para plantarse en el área, pero el central recuperó bien y evitó el tanto. A partir de ahí llegaron los mejores minutos celestes, con el conjunto extremeño tocado y partido, pero no se pudieron aprovechar. Paradójicamente, un balón algo comprometido de Ocaña a García, fuera de su área, con despeje contundente del portero, generó una llegada muy clara al meter el cuero en el área rival, provocando la duda de la defensa, que sí tapó lo justo el disparo de Narváez.

La jugada siguió y el mismo mediopunta no llegó por poco en boca de gol al centro chut de Dani Cara desde la derecha.

Le quedaría una última bala antes del descanso a un Mérida timorato, un latigazo con muy malas intenciones de Borja buscando la cepa del palo derecho de García, que replicó con una estirada magnífica para evitar lo que habría sido un marcador sumamente injusto. Además, con las tablas del 0-0 inicial dada la derrota momentánea del San Fernando en el campo del Recreativo y el duelo directo entre los gaditanos y el Linares, ambos por detrás del CD El Ejido, en la última jornada, se decía adiós también a la promoción a falta del partido en Lorca ante el líder definitivo del grupo IV, La Hoya.

Emilio Cubo y diez más

Esas cuentas eran buenas para los locales, pero no para los visitantes, que necesitaban la victoria en Santo Domingo para llegar al final con más opciones de jugar el ascenso a la Liga de Fútbol Profesional. A tres puntos del cuarto, el Cartagena, el Mérida apretó de inicio en la reanudación, y avisó Yacine girándose y pegándole a puerta ajustado por la izquierda en el minuto 47. Dudó El Ejido, sin saber si dar un paso al frente o verlas venir ante la necesidad mayor de su rival, y en esas Hugo Rodríguez tiró blando en el 52.

Tardó en despertar y buscar de nuevo la meta contraria el conjunto celeste, pero sacó lo que tenía que sacar para recordarle al Mérida que podía hacerle mucho daño, y el aviso fue un centro corrido de Narváez que sacó la defensa ante la llegada al segundo palo de Emilio Cubo. El lateral diestro de los ejidenses puso boca abajo a Santo Domingo con sus acciones y con su entrega, siendo un referente de lucha y calidad en medio de un compromiso absoluto de los once jugadores sobre el terreno de juego. Encomiable el CD El Ejido en pleno, supo sufrir y dar picotazos arriba. En el minuto 56 estaba el choque más controlado, pero Pardo remató en posición forzada.

Una falta lateral botada por Hugo Rodríguez desde la derecha fue tocada en el primer palo por Paco Aguza, pero García estuvo felino para atajar y desviar a córner. Era el minuto 67 y parecía que se iba a hacer largo mientras seguía perdiendo el San Fernando, la otra clave de la tarde-noche, pero en la otra orilla Darío Guti por poco remacha un balón servido por Narváez de nuevo en el 70. De nuevo se rozó empujar el cuero a la red, esta vez con Dani Espinar estirándose para cazar un tiro cruzado de Javilillo. Los minutos pasaron y el capitán celeste, ya en el descuento, probó fortuna con un chut que buscó la escuadra. Habría una última para los de Eloy Jiménez, con un testarazo de Yacine a centro de Óscar Rico que detuvo García antes del delirio.

Locura desatada

El madrileño Villoria Linacero añadió cuatro minutos que fueron finalmente cinco y la tensión acumulada en los hombres del Mérida se vio desbordada tras el pitido final. Una lamentable tangana sobre el terreno de juego, mientras que la fiesta ya estaba montada en la grada, concluyó con Paco Aguza escupiendo al suelo, en claro gesto despectivo hacia El Ejido y su público, en su retirada hacia el vestuario. En todo caso nada pudo empañar una celebración más que merecida que se montó en el césped y que tuvo continuidad fuera. El sufrimiento y el trabajo tuvieron su justa recompensa con una permanencia definitiva una jornada antes del final.

De este modo, el desplazamiento hacia Lorca será totalmente festivo, una especie de recompensa al poder despedir la temporada frente al campeón tras haber crecido enormemente en la categoría en la primera aventura de bronce de un club que sigue asentándose sobre unas bases sólidas y que ha tenido paciencia y constancia, algo muy poco habitual en el fútbol moderno. Se sigue siendo de bronce puro.

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